30/3/12
Lightning Field. Land Art
29/3/12
Arte y Proximidad. Escritos sobre arte
Las obras creativas que me interesan afectan al sujeto contemporáneo, tanto en el plano de la intimidad como en el de las relaciones personales y políticas. “Lo personal es político” se dijo en 1968, especialmente en lo referente al activismo, luego la idea se reconvirtió y cada artista se dedicó a cultivar su parcela. Ahora hay que explorar el presente. Hay que utilizar las nuevas tecnologías e interactuar con los receptores. El arte es ubicuo. Es necesario desvincular de una vez por todas el arte del artista entendido este como técnico artesano. Ser artista debe ser mas bien una actitud mental o espiritual, que el acreedor de una técnica mas o menos depurada. El artista es un receptor de energía social, con voluntad creadora, una entidad facultada para percibir la ingente cantidad de interrelaciones que existen en este mundo y plasmarlo de algún modo, no importa como, ni donde. Lo interesante es que pueda comunicar algo, seguir el proceso de evolución humana desde el instinto a la inteligencia creativa.
Félix MenKar
noviembre 200628/3/12
CANTO, ruptura y persistencia
I.- Elección
Siempre elegimos, a todas horas elegimos, cuando actuamos inconscientemente de alguna manera también elegimos, elegimos a nuestros compañeros de viaje, elegimos incluso nuestras limitaciones para intentar protegernos del peligro y nos eligen, nos sitúan y nos cortan las alas.
II.- Los sueños, la intuición.
Solo cuando soñamos somos verdaderamente libres, pero a veces, al intentar recrear algunos de esos sueños convertimos la existencia, este mundo real en una pesadilla.
La intuición es nuestra aliada, ella nos lleva de la mano, nos conduce por caminos seguros cuando nuestros sentidos están perdidos en la niebla de las ilusiones y esperanzas.. La palabra es nuestra amiga, es la libertad naciendo del fuego interior, las preguntas que necesitamos saber y el amor es la fuerza que hace que esta vida merezca ser vivida.
III.- Reconocimiento y culpa.
Las personas que poblamos este mundo somos mezquinas e ignorantes, se nos ofrece la elección de aprender, de mejorar, de amar, de aceptar lo que nos rodea, admitir a los que deambulan por él y no lo hacemos, preferimos dejarnos guiar por el miedo, por las guerras –el mayor ejemplo de impotencia de lo masculino--, es preciso pues, destruir, rivalizar, manipular, ensuciar, matar. Cualquier cosa, cualquier ocupación, vejación e humillación antes que indagar en nosotros mismos, antes que reflexionar, parar un momentito a oír nuestras voces interiores, pensar nuestros actos: ser humanos.
IV.- Renegar del género.
A menudo reniego de mi género, de mi condición como hombre, reniego de tanta barbarie absurda, de tantos siglos de historia ensangrentada. Para compensar tanto despropósito y por fortuna concurren las féminas, las creadores de vida, las mujeres con su profunda sabiduría ancestral, siempre violadas, siempre humilladas, siempre temidas, siempre apartadas, ¿cómo hemos podido llegar hasta aquí dejando de lado a la ‘sal de la tierra’?
V.- Proclama y estandarte.
¡¡ Por un cambio revolucionario ya: que las ejecutantes femeninas tomen las riendas de esta sociedad decadente y le apliquen honestidad, belleza y sentido común ¡¡.
¡¡Desacreditar ya a los manipuladores, a los políticos egocéntricos, a los visionarios que intentan salvar el mundo a costa de imponernos su visión miope del suyo, a los que nos incriminan en cruzadas tóxicas, a los arquitectos sociales que decoran nuestro entorno para disimular su podredumbre¡¡
27/3/12
Mi compromiso con la Hemoficción por Marxela Etchichury (*)
Algo dentro mío, me hizo interesarme por el arte, la política, la religión y las relaciones humanas; las personas.
Algo dentro mío hizo que le prestara atención a los detalles de mi cuerpo. Me llamó la atención el cielo, el sol, la luna y los juegos en donde era otras personas, llenaron los días de mi niñez y adolescencia.
Algo dentro mío me hizo admirar desde chiquita a algunos personajes y siempre me sentí conectada con ellos.
El mundo en mi infancia se abría como un escenario al que yo llegaba para ocupar un sitio preciso y exacto.
En la niñez fueron algunos de los personajes de la religión católica en la que crecí. A esos se sumaron los escritores de fábulas, los próceres y la presunción que a algo tan inmenso y complicado como el mundo, no podían faltarle seres entregados a esa maquinaria que a mi no dejaba de sorprenderme.
En la adolescencia aparecieron por fin los pintores, los músicos. Algunos escritores, políticos y creadores de corrientes filosóficas.
Admiré a Van Gogh, coincidí con Marx y empecé a buscar.
Estudié las vanguardias del S.XX y supe que algo de todo eso tenía que ver conmigo.
Y eso me hizo buscar y esperar.
Milité, escribí, leí, busqué, estudié, participé, siempre esperando que la conexión con los hombres que hacían el mundo llegara para ocupar un lugar que deseaba y que me tocaba. Mientras, mi vida se volvía frívola y aburrida.
Todo lo contemporáneo me pareció poco. Yo miraba a Van Gogh, a Artaud, a Marx, había mirado a Jesucristo en mi infancia. Yo esperaba algo importante y todo lo que yo hacía me parecía poco. Algo que yo tenía dentro mío , aún no lo había sacado.
Y por fin escuché la primera frase que partió mi vida en dos: "en vez de humano soy hongo, hongo loco (del monólogo Contra-Sujeto del ciclo de monólogos de Cabezas Voladoras). Allí estaba mi enfermedad, así lo sentí en aquel momento: mi cabeza ocupaba el lugar más importante en mi "persona". En todos esos años de búsqueda cada traición, cada desilusión, había hecho alejarme de la seguridad de que algo grandioso me esperaba. Me había convertido en un hongo.
Al día siguiente empecé a ensayar. En 20 días estrenaría el personaje de la MAESTRA en Déjame que te mate para ver si te extraño. Salí del primer ensayo estudiando el texto desde la puerta del local de ensayo. Fui en el metro estudiando. Estaba ansiosa y feliz. La Hemoficción y yo nos habíamos encontrado.
Desde el primer instante creí en Lorenzo Mijares, creí en los textos de Juan Trigos.
A los 15 días de ensayo, vi dos obras más de Hemoficción. Mama es loca o esta poseída (no dormí en toda la noche. Me había mostrado mi vida y me había hecho vivir en carne propia todo lo que había leído sobre el ritual del teatro escrito por Artaud) y El HombreReloj (en medio de la función sentí nauseas).
Por fin había encontrado en una obra de teatro lo que yo había buscado siempre. Después de ese fin de semana, sabía que ya nunca más dejaría la Hemoficción.
Hubo más días, más personajes (hoy sumo casi 20 personajes entre los que actúo y dirijo) más obras (Pez ahogado, Diana caçadora de caps, Carne y tripas de gusano, Cabeza de perro con orejas de conejo, L´Homerellotje, El vampiro y la señora garrafón y El Ojo de Edipo bajo mi dirección) Cada día he creído más y querido más.
Hubo días de ensayo en los que supe lo que era admirar a un artista vivo. Frente mío, montándome el personaje de la Madre Bulto, estaba Lorenzo Mijares, desplegando todo lo que siempre admiré en artistas que ya habían muerto.
Todas mis dudas, mis dificultades, todas mis creencias, mi cosmovisión, mis inquietudes, los temas de los que me gusta hablar y pensar están en las obras de Juan Trigos
Todas mis posturas reales, mis miedos, mis necesidades, mis vanidades, mis defectos, todos me sirven para cada función.
Todas las cosas a las que me he enfrentado, los hechos dolorosos de mi vida, mis errores tienen un lugar en mi ser hemofictivo.
Toda mi vida, mis acciones, todas tienen un sentido.
SOY, EXISTO gracias al escenario.
Mi carne es masa, mis colores son reales, mis humores enjuagan mi alma y mis deseos están conectados a la realidad porque llegué al lugar que me esperaba en los sucesos de la historia.
Ahora empiezo a ser una misma desde el principio de mi existencia.
Ahora tiene sentido cada suceso y cada circunstancia.
Siempre quise que el arte fuese mi destino. Siempre miré los escenarios con deseo.
He tenido que sacarme cosas de encima (y aún sigo teniendo que hacerlo) y he podido y gracias a que Lorenzo Mijares creyó en mí.
He tenido y tengo un gran apoyo de mi maestro (LM) y una gran motivación desde Juan Trigos. Muchas veces me he preguntado si es esto, y siempre me respondo que sí.
Hacer Hemoficción no es fácil, exige la congruencia más difícil de todas: la congruencia conmigo misma.
A mayor congruencia, más teatro. NO TRAICIÓN.
A mayor humildad, más congruencia. Lo que yo he aprendido es : si puedo ser humilde (y por lo tanto puedo admirar y obedecer) y soy congruente conmigo, puedo dar más teatro. Y cuanto más teatro doy, más refinada me hago en la búsqueda de la congruencia. Y más feliz y plena soy.
Hacer HEMOFICCIÓN es SER YO. Y SÉ QUIÉN SOY YO PORQUE CADA DÍA ACTÚO, ENSAYO, DIRIJO O PROMOCIONO HEMOFICCIÓN.
MI COMPROMISO CON LA HEMOFICCIÓN ES EL MISMO QUE CON LA EXISTENCIA. QUIERO VIVIR HACIENDO HEMOFICCIÓN. ESA SOY YO. ESTE ES MI LUGAR EN EL MUNDO, EN EL TIEMPO DEL MUNDO.
BUSCO LA CONGRUENCIA PARA SER. LA HEMOFICCIÓN ME LA EXIGE.
Marxela Etchichury
(*)Actriz, directora y promotora de teatro de Hemoficcion
Cortesia de: http://marxelaetchichury.blogspot.com.es/p/mi-compromiso-con-la-hemoficcion.html
21/3/12
Todesfuge. Paul Celan
tus cabellos de ceniza Sulamita
20/3/12
17/3/12
Carlos Drummond de Andrade
Brasil 1902-1987
Reseña biográfica:
Poeta y periodista y brasileño nacido en Itabira do Mato Dentro en el Estado de Minas Gerais en 1902.
Hijo de un rico hacendado, estudió farmacia y fue funcionario público durante la mayor parte de la vida. Es considerado como uno de los principales poetas del modernismo brasileño debido a la repercusión y alcance de su obra.
Autor de una amplia obra literaria que abarcó también el cuento, la crónica y la novela, publicó en 1930 su primer trabajo poético bajo el nombre de "Alguma poesia", seguido entre otros de "Sentimento do Mundo" en 1940, "Dopo A rosa do povo" en 1945, y "Viola de Bolso" en 1955. Posteriormente exploró el verso experimental y la sátira con "Boitempo" en 1968, y su propia biografía en 1985.
Falleció en Rio de Janeiro en agosto de 1987.
Procura de la poesía
No hagas versos sobre acontecimientos.
No hay creación ni muerte ante la poesía.
Frente a ella la vida es un solo estático,
no calienta ni ilumina.
Las afinidades, los aniversarios, los incidentes personales no cuentan.
No hagas poesía con el cuerpo,
ese excelente, completo y confortable cuerpo, tan enemigo de la efusión lírica.
Tu gota de bilis, tu máscara de gozo o de dolor en lo oscuro son indiferentes.
Ni me reveles tus sentimientos,
que se prevalecen del equívoco y tientan el largo viaje.
Lo que piensas o sientes, eso aún no es poesía.
No cantes a tu ciudad, déjala en paz.
El canto no es el movimiento de las máquinas ni el secreto de las casas.
No es la música oída de paso; rumor del mar en las calles junto a la línea de espuma.
El canto no es la naturaleza
ni los hombres en sociedad.
Para él, lluvia y noche, fatiga y esperanza, nada significan.
La poesía (no extraigas poesía de las cosas)
elude sujeto y objeto.
No dramatices, no invoques,
no indagues. No pierdas tiempo en mentir.
No te aborrezcas.
Tu yate de marfil, tu zapato de diamante,
vuestras mazurcas y supersticiones, vuestros esqueletos de familia,
desaparecen en la curva del tiempo, son inservibles.
No recompongas
tu sepultada y melancólica infancia.
No osciles entre el espejo y la
memoria en disipación.
Que se disipó, no era poesía.
Que se partió, cristal no era.
Penetra sordamente en el reino de las palabras.
Allá están los poemas que esperan ser escritos.
Están paralizados, mas no hay desesperación,
hay calma y frescura en la superficie intacta.
Helos allí solos y mudos, en estado de diccionario.
Convive con tus poemas, antes de escribirlos.
Ten paciencia, si oscuros. Calma, si te provocan.
Espera que cada uno se realice y consuma
con su poder de palabra
y su poder de silencio.
No fuerces al poema a desprenderse del limbo.
No recojas en el suelo el poema que se perdió.
No adules al poema. Acéptalo
como él aceptará su forma definitiva y concretada
en el espacio.
Acércate y contempla las palabras.
Cada una
tiene mil fases secretas sobre la neutra faz
y te pregunta, sin interés por la respuesta,
pobre o terrible, que le des:
¿Trajiste la llave?
Repara:
yermas de melodía y de concepto,
ellas se refugian en la noche, las palabras.
Aún húmedas e impregnadas de sueño
rolan en un río difícil y se transforman en desprecio.
Versión de Manuel Graña Etcheverry
10/3/12
Enrique Lihn. Porque escribí
A Cristina y Angélica
Ahora que quizás, en un año de calma,
piense: la poesía me sirvió para esto:
no pude ser feliz, ello me fue negado,
pero escribí.
Escribí: fui la víctima
de la mendicidad y el orgullo mezclados
y ajusticié también a unos pocos lectores;
tendí la mano en puertas que nunca, nunca he visto;
una muchacha cayó, en otro mundo, a mis pies.
Pero escribí: tuve esta rara certeza,
la ilusión de tener el mundo entre las manos
—¡qué ilusión más perfecta! como un cristo barroco
con toda su crueldad innecesaria—
Escribí, mi escritura fue como la maleza
de flores ácimas pero flores en fin,
el pan de cada día de las tierras eriazas:
una caparazón de espinas y raíces
De la vida tomé todas estas palabras
como un niño oropel, guijarros junto al río:
las cosas de una magia, perfectamente inútiles
pero que siempre vuelven a renovar su encanto.
La especie de locura con que vuela un anciano
detrás de las palomas imitándolas
me fue dada en lugar de servir para algo.
Me condené escribiendo a que todos dudarán
de mi existencia real,
(días de mi escritura, solar del extranjero).
Todos los que sirvieron y los que fueron servidos
digo que pasarán porque escribí
y hacerlo significa trabajar con la muerte
codo a codo, robarle unos cuantos secretos.
En su origen el río es una veta de agua
—allí, por un momento, siquiera, en esa altura—
luego, al final, un mar que nadie ve
de los que están braceándose la vida.
Porque escribí fui un odio vergonzante,
pero el mar forma parte de mi escritura misma:
línea de la rompiente en que un verso se espuma
yo puedo reiterar la poesía.
Estuve enfermo, sin lugar a dudas
y no sólo de insomnio,
también de ideas fijas que me hicieron leer
con obscena atención a unos cuantos psicólogos,
pero escribí y el crimen fue menor,
lo pagué verso a verso hasta escribirlo,
porque de la palabra que se ajusta al abismo
surge un poco de oscura inteligencia
y a esa luz muchos monstruos no son ajusticiados.
Porque escribí no estuve en casa del verdugo
ni me dejé llevar por el amor a Dios
ni acepté que los hombres fueran dioses
ni me hice desear como escribiente
ni la pobreza me pareció atroz
ni el poder una cosa deseable
ni me lavé ni me ensucié las manos
ni fueron vírgenes mis mejores amigas
ni tuve como amigo a un fariseo
ni a pesar de la cólera
quise desbaratar a mi enemigo.
Pero escribí y me muero por mi cuenta,
porque escribí porque escribí estoy vivo.
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Enrique Lihn (Santiago, 3 de septiembre, 1929 - Santiago, 10 de julio, 1988) es alguien de quien uno debiera escuchar hablar mucho mas seguido, puesto que el fue poseedor de grandes intuiciones, pero bien, algunos poetas terminan convirtiendose en postales, así que quizás el desconocimiento general no sea una cosa tan mala despues de todo!
Este es uno de sus poemas mas célebres en el cual Lihn duda acerca de la utilidad de su oficio de poeta y de la poesía misma, dejando entrever através de este proceso, lo que ésta puede llegar a mostrar y desatar.
(el cuadro al final de la presentación es del pintor realista Jean-François Millet)