uno para viejo diente torcido
conozco una mujer
que compra rompecabezas
chinos
piezas que al final
logra acomodar.
lo hace con precisión matemática
resuelve todos sus
rompecabezas
vive junto al mar
pone azúcar en el patio
para las hormigas
y cree
en el fondo
en un mundo mejor.
su pelo es blanco
rara vez lo peina
sus dientes están torcidos
y usa buzos amplios
sobre un cuerpo que la mayoría
de las mujeres quisiera tener.
durante muchos años ella me irritó
con lo que yo consideraba
excentricidades
como poner cáscaras de huevo en remojo
(para alimentar las plantas
dándoles calcio).
pero cuando pienso en su
vida
y la comparo con otras vidas
que parecen más interesantes, originales
y bellas
comprendo que ella hirió a menos gente
que cualquiera que yo conozca
(y con herir quiero decir nada más que herir).
ella tuvo algunos momentos terribles,
momentos en los que quizás debí haberla
ayudado más
porque ella es la madre de mi única
hija
y una vez fuimos grandes amantes,
pero ella se fue
como he dicho
hirió menos gente que cualquiera
que yo conozca,
y si lo consideras así,
bueno,
ella ha creado un mundo mejor.
ella ganó.
Frances, este poema es para
ti.
De ‘El infierno es un lugar solitario‘, publicado por la editorial Txalaparta en 1997.