Miguel Ángel Muñoz Sanjuán deslumbra con su último libro "Memorical-Fractal". Un libro que descompone el lenguaje y genera una sintaxis singular para evidenciar en sus poemas la distancia insalvable entre la empatía y lxs migrantes y subrayar la decadencia europea y la propia hipocresía. Un libro riquísimo en polisemias, un libro en el que hundirse y a veces ahogarse. Un libro que se va expandiendo en tu interior con cantidad de líneas de reflexión: el lenguaje, la desinformación, el caos civilizatorio... un libro, en definitiva, inmenso. Maridada su lectura con la música de Pier Boulez. Tremenda experiencia.
cortesia de David Trashumante.
31/8/17
28/8/17
Sociedad de la pereza/Sociedades movedizas. Manuel Delgado
Algunas ideas de M.D.
SOCIEDAD de la PEREZA.
Todos estamos en un túnel.
Vivimos en lo deslumbrante, lo que busca un titular, algo que esté resumido, que sea rápido, presto para olvidar.
Se genera miedo para amedrentar. Asi los grupos de presión consiguen sus objetivos.
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SOCIEDADES MOVEDIZAS
Lo que encontramos en las calles es una vida que sólo puede observarse en el instante en que emerge, ya que está destinada a disolverse de inmediato. En los exteriores urbanos no hay objetos sino relaciones diagramáticas entre ellos. Es una acción interminable cuyos protagonistas son esos transeúntes que reinterpretan la forma urbana a partir de los estilos con que se apropian de ella. La calle es así una forma radical de espacio social, que no es un lugar, sino un tener lugar de los cuerpos y las miradas que lo ocupan.
Manuel Delgado, antropólogo
Manuel Delgado, antropólogo
MANUEL DELGADO BLOG
20/8/17
JOSÉ MARÍA FONOLLOSA. Poeta singular
Es un poeta poco conocido, alejado de las corrientes y reconocimientos que tuvieron otros de sus época, Gimferrer lo dio a conocer y Serrat y Albert Plá pusieron música a algunos de sus poemas en los 90's.
José María Fonollosa (Barcelona, 8 de agosto de 1922 – † 7 de octubre de 1991)
fue un poeta español de posguerra. Se le considera un caso singular de poeta
secreto en la literatura española (al estilo de Kavafis o Pessoa), ya que se
mantuvo inédito durante más de cuarenta años, entre 1948 y 1990, periodo en que
permaneció al margen de corrientes literarias y totalmente desconocido para
crítica y público.
Nació en 1922 en Can Tunis, Barcelona. Posteriormente,
durante la adolescencia se trasladó al barrio de Poble Sec.
Publicó su primer libro de poemas en 1945, todavía no cumplidos los 23 años. Se
trata de La sombra de tu luz donde se aprecian influencias de poetas como
Salinas, Guillén, Lorca y Alberti y, en general, del estilo y los temas
generación del 27 de antes de la guerra. Las formas métricas son las utilizadas
por los poetas del 27, como las canciones de arte menor de tipo tradicional,
romances, sonetos e incluso décimas al estilo de Jorge Guillén. El tema es el
amoroso, al modo intelectual y distanciado del 27. No se aprecia sin embargo
influencia alguna de las vanguardias o del surrealismo, en boga en la época de
preguerra en que escriben los del 27.
Dos años más tarde, en 1948, aparecen los cinco poemas de Umbral del silencio:
renuncia al arte menor y, en su lugar, aparece el verso alejandrino, y,
especialmente, la estrofa de cuatro versos endecasílabos sin rima. Aunque los
temas siguen siendo deudores del 27, aparecen preocupaciones religiosas, propias
de la época, que quedarán diluidas en sus composiciones posteriores por un tono
amoral y escéptico. En 1951 en colaboración con Alfredo Papo publica Blues y
cantos espirituales negros. Aquí finaliza el periodo de aprendizaje del poeta y,
de hecho, aquí acaba su obra publicada hasta que en 1990 Pere Gimferrer le
rescate para el público lector, al editar Ciudad del hombre: Nueva York, y Joan
Manuel Serrat (1992) y Albert Pla (1995) lo den a conocer al gran público al
poner música a algunos de sus poemas.
Eso no significa ni mucho menos que dejase de escribir: en 1948 preparó un
manuscrito titulado Los pies sobre la tierra, que nunca llego a imprimirse, pero
que tiene gran importancia porque supone el inicio de Ciudad del hombre, un
vasto ciclo poético que abarcaría cuatro décadas y que no se vio mermado en
absoluto porque no llegase a imprenta. Trabajó paralelamente en otra trilogía
poética abortada: Soledad del hombre, formada por Destrucción de la mañana, Los
rezagados (algunos de cuyos poemas se reelaborarían para Ciudad del hombre) y
Tú, cotidiana.
En 1951 marcha a Cuba, donde permanecerá durante diez años. Tras su regreso a
Barcelona en 1961 colaboró en la revista Poesía Española.
En 1987, un encuentro casual con Pere Gimferrer en Barcelona dio lugar a su
primera publicación, en 1990 y tras cuarenta años, de una antología de 97 poemas
a la que tituló Ciudad del hombre: Nueva York, utilizando el callejero
neoyorquino para titular los poemas. Fonollosa muere el 7 de octubre de 1991 en
Barcelona.
CIUDAD DEL HOMBRE: NUEVA YORK
Bedford Street
Ella me dio el cuchillo y dijo: «Clávalo
en el segundo espacio intercostal».
«¿Cuál es?», le pregunté. Se abrió la blusa
y señaló, risueña, un punto: «Aquí».
Algo debía de haber en aquel viaje
que lo hizo diferente. Más intenso.
Se veían más cosas. Ascendíamos
a inéditos sonidos y colores.
No había confusión. Hasta el detalle
más ínfimo nos era comprensible.
Sugerí: «¿Por qué no con barbitúricos?»
«Es lento», me objetó. «Ya lo he probado.
Y el lavado de estómago es horrible.
Como un trauma mental, pero en lo físico»
Sustituí su dedo por el mío
y apoyé allí el cuchillo suavemente.
Y lo empujé de súbito. No fuera
que cambiara de idea si iba lento.
* * *
Bowery Street
Mi placer te creó. Cuando naciste
te destiné ya un hombre. El apropiado
para que él y tú fuerais muy felices.
Modelé tu figura como un barro
precioso, tiernamente, con esmero.
Y forjé tus costumbres con cuidado
artesanal, aislándote del medio.
Vigilé cada día tu sonrisa.
Te enseñé a sonreírme dulcemente.
Y aprendiste muy bien. Te felicito.
Nos hemos merecido ambos el premio.
El premio es este goce tuyo y mío.
El placer que me das, yo lo sentía
cuando estaba, en tu madre, elaborándote.
* * *
Broadway
El amor es un juego apasionante
y el mejor sustituto del amor.
De aquel amor inmenso, el amor único,
que uno halla varias veces por el tiempo.
El recíproco amor es lo más bello.
Lo sabemos los dos. Pero es muy grande
el vacío que se abre entre el amor
que se ha ido y el amor que aún no ha llegado.
¿Por qué llenarlo, pues, con la tristeza
si es posible colmarlo de sonrisas?
Si se ha ocultado el sol pueden los faros
del coche iluminar la carretera.
Mientras llega otro amor buscando el nuestro
juguemos, sólo juego, a enamorarnos.
Juguemos a querernos, sin querernos,
hasta el día en que alguno de los dos
vuelva a sentir amor por cualquier otro.
El amor es hermoso aun como juego.
* * *
Cleveland Place
Sé que por fin has vuelto a la ciudad
en un suntuoso coche de gran lujo...
La gente pensó en mí. Yo la maldigo.
El coche se detuvo ante tu casa,
pero tú no bajaste, no. Vino alguien
a buscarme, mas yo no quise verte.
El coche iba despacio por la calle
dejando tu recuerdo en cada puerta.
Tu cuerpo lo dejó en el cementerio.
Tu madre me miró. Yo la maldije.
Has vuelto a la ciudad porque estás muerta.
Pero yo iré a escupir sobre tu nombre.
* * *
Doyers Street
No vendrá. De verdad. No vendrá nunca.
Mi cuarto es muy modesto para el éxito.
Ni hallaría la casa tan siquiera.
Mi cuarto es muy austero para amigos.
Nadie viene a reunirse entre estos muros.
Mi cuarto es también frío y muy pequeño.
¿Cómo cobijar, pues, un gran amor?
No es lógico esperar. No vendrá nunca
un éxito, un amigo, un gran amor.
Debiera de una vez cerrar la puerta.
* * *
East 52nd Street
Para hablar no te quiero. Tengo amigos
para tratar de cosas que me inquietan
y ahondar en las ideas que me importan.
Y no nos condiciona nunca el sexo.
Nos lo pasamos bien. Y «Adiós». Y «Hasta otra».
Contigo es diferente. Lo que cuentas
no me interesa nada en absoluto.
Y he de escuchar, no obstante, atentamente
y ocultar mi fastidio a tus palabras.
Porque sino te niegas a mi amor.
Y cuando a mí se ciñe tu figura
grácil y delicada voy perdido.
Pues al sentir tu cuerpo a mí abrazado
nada tiene interés que tú no seas.
Y yo ya no soy mío, sino tuyo.
Y así debo evitar en nuestra charla
lo trascendente; reír tus tontas gracias,
acusarme de estar equivocado...
Entonces sí que accedes a mi amor.
De no mediar el sexo y ser tan bella
te hallara aborrecible y despreciable.
O serías perfecta si no hablaras.
* * *
Gracely Square
Es un hermoso cuerpo ese que viene
hacia mí. Se detiene. Y me sonríe.
Qué bella esa sonrisa roja y húmeda
que se abre, como un sexo a mí ofrecido,
para preguntar algo que no entiendo.
Miro sus ojos claros. Pienso, mientras,
que su maravilloso cuerpo late
junto a mí. Están sus senos cercanísimos
a mi pecho y el vello en su entrepierna.
Se apretará, oprimido por las bragas,
que adivino adorables y minúsculas.
Y como un ruiseñor sonidos dulces
gorjea su garganta a mis oídos.
Ese increíble cuerpo habla conmigo.
Le respondo: «No sé». Se aparta el cuerpo
y veo que se alejan las caderas.
más perfectas de todo el universo.
He aprender inglés. Ahorita mismo.
* * *
Greenwich Avenue
Estoy muy satisfecho de mí mismo.
Yo era un ser seco, huraño y solitario
que envidiaba a los otros su alegría.
Pero rectifiqué. Me costó mucho
adquirir compañía y cara alegre.
Y así he gustado aquellos dulces bienes
que envidiaba a los otros: amistad,
mujer, hijos y el éxito en los negocios.
Uno llega a obtener lo que desea
si de veras se esfuerza en conseguirlo.
La insistencia es la clave del acierto.
La piedra que se encima persistente
sobre sus compañeras de sendero,
logrará que tropiece alguien en ella.
Estoy muy satisfecho de mí mismo
pues sé rectificar. Y comprobado
que amigos, mujer, hijos y negocios
siempre me molestaban y agobiaban,
los dejé sin aviso y sin reparos.
Y he vuelto con alivio a mi yo joven,
a mi ser seco, huraño y solitario.
Y estoy muy satisfecho de mí mismo.
* * *
Kennamore Street
Yo quiero que tú sufras lo que sufro:
aprenderé a rezar para lograrlo.
Yo quiero que te sientas tan inútil
como un vaso sin whisky entre las manos;
que sientas en el pecho el corazón
como si fuera el de otro y te doliese.
Yo quiero que te asomes a cada hora
como un preso aferrado a su ventana
y que sean las piedras de la calle
el único paisaje de tus ojos.
Yo deseo tu muerte donde estés.
Aprenderé a rezar para lograrlo.
* * *
Lafayette Street
Esta es la mujer mía. Pueden verla,
no tengan pena, de perfil, de frente.
Pueden acariciarla con los ojos.
Está desnuda bajo su vestido.
Es hermosa, ¿verdad? Todos lo dicen.
Ella también lo sabe. Es muy hermosa.
Mírenla de perfil, de frente. Desde
la uña del pie al cabello es muy hermosa.
Hasta los automóviles más caros
frenan para admirarla cuando pasa.
Vean a las demás. Se han vuelto feas
cuando ha entrado en el bar ella conmigo.
Y nada le pregunta a la cerveza
para hacer maravillas en la cama.
Esta es la mujer mía. No, no hay otra
tan completa cual ella. Es una lástima
que no encuentren ustedes otra igual.
Pueden acariciarla con los ojos.
José María Fonollosa (Barcelona, 8 de agosto de 1922 – † 7 de octubre de 1991)
fue un poeta español de posguerra. Se le considera un caso singular de poeta
secreto en la literatura española (al estilo de Kavafis o Pessoa), ya que se
mantuvo inédito durante más de cuarenta años, entre 1948 y 1990, periodo en que
permaneció al margen de corrientes literarias y totalmente desconocido para
crítica y público.
Nació en 1922 en Can Tunis, Barcelona. Posteriormente,
durante la adolescencia se trasladó al barrio de Poble Sec.
Publicó su primer libro de poemas en 1945, todavía no cumplidos los 23 años. Se
trata de La sombra de tu luz donde se aprecian influencias de poetas como
Salinas, Guillén, Lorca y Alberti y, en general, del estilo y los temas
generación del 27 de antes de la guerra. Las formas métricas son las utilizadas
por los poetas del 27, como las canciones de arte menor de tipo tradicional,
romances, sonetos e incluso décimas al estilo de Jorge Guillén. El tema es el
amoroso, al modo intelectual y distanciado del 27. No se aprecia sin embargo
influencia alguna de las vanguardias o del surrealismo, en boga en la época de
preguerra en que escriben los del 27.
Dos años más tarde, en 1948, aparecen los cinco poemas de Umbral del silencio:
renuncia al arte menor y, en su lugar, aparece el verso alejandrino, y,
especialmente, la estrofa de cuatro versos endecasílabos sin rima. Aunque los
temas siguen siendo deudores del 27, aparecen preocupaciones religiosas, propias
de la época, que quedarán diluidas en sus composiciones posteriores por un tono
amoral y escéptico. En 1951 en colaboración con Alfredo Papo publica Blues y
cantos espirituales negros. Aquí finaliza el periodo de aprendizaje del poeta y,
de hecho, aquí acaba su obra publicada hasta que en 1990 Pere Gimferrer le
rescate para el público lector, al editar Ciudad del hombre: Nueva York, y Joan
Manuel Serrat (1992) y Albert Pla (1995) lo den a conocer al gran público al
poner música a algunos de sus poemas.
Eso no significa ni mucho menos que dejase de escribir: en 1948 preparó un
manuscrito titulado Los pies sobre la tierra, que nunca llego a imprimirse, pero
que tiene gran importancia porque supone el inicio de Ciudad del hombre, un
vasto ciclo poético que abarcaría cuatro décadas y que no se vio mermado en
absoluto porque no llegase a imprenta. Trabajó paralelamente en otra trilogía
poética abortada: Soledad del hombre, formada por Destrucción de la mañana, Los
rezagados (algunos de cuyos poemas se reelaborarían para Ciudad del hombre) y
Tú, cotidiana.
En 1951 marcha a Cuba, donde permanecerá durante diez años. Tras su regreso a
Barcelona en 1961 colaboró en la revista Poesía Española.
En 1987, un encuentro casual con Pere Gimferrer en Barcelona dio lugar a su
primera publicación, en 1990 y tras cuarenta años, de una antología de 97 poemas
a la que tituló Ciudad del hombre: Nueva York, utilizando el callejero
neoyorquino para titular los poemas. Fonollosa muere el 7 de octubre de 1991 en
Barcelona.
CIUDAD DEL HOMBRE: NUEVA YORK
Bedford Street
Ella me dio el cuchillo y dijo: «Clávalo
en el segundo espacio intercostal».
«¿Cuál es?», le pregunté. Se abrió la blusa
y señaló, risueña, un punto: «Aquí».
Algo debía de haber en aquel viaje
que lo hizo diferente. Más intenso.
Se veían más cosas. Ascendíamos
a inéditos sonidos y colores.
No había confusión. Hasta el detalle
más ínfimo nos era comprensible.
Sugerí: «¿Por qué no con barbitúricos?»
«Es lento», me objetó. «Ya lo he probado.
Y el lavado de estómago es horrible.
Como un trauma mental, pero en lo físico»
Sustituí su dedo por el mío
y apoyé allí el cuchillo suavemente.
Y lo empujé de súbito. No fuera
que cambiara de idea si iba lento.
* * *
Bowery Street
Mi placer te creó. Cuando naciste
te destiné ya un hombre. El apropiado
para que él y tú fuerais muy felices.
Modelé tu figura como un barro
precioso, tiernamente, con esmero.
Y forjé tus costumbres con cuidado
artesanal, aislándote del medio.
Vigilé cada día tu sonrisa.
Te enseñé a sonreírme dulcemente.
Y aprendiste muy bien. Te felicito.
Nos hemos merecido ambos el premio.
El premio es este goce tuyo y mío.
El placer que me das, yo lo sentía
cuando estaba, en tu madre, elaborándote.
* * *
Broadway
El amor es un juego apasionante
y el mejor sustituto del amor.
De aquel amor inmenso, el amor único,
que uno halla varias veces por el tiempo.
El recíproco amor es lo más bello.
Lo sabemos los dos. Pero es muy grande
el vacío que se abre entre el amor
que se ha ido y el amor que aún no ha llegado.
¿Por qué llenarlo, pues, con la tristeza
si es posible colmarlo de sonrisas?
Si se ha ocultado el sol pueden los faros
del coche iluminar la carretera.
Mientras llega otro amor buscando el nuestro
juguemos, sólo juego, a enamorarnos.
Juguemos a querernos, sin querernos,
hasta el día en que alguno de los dos
vuelva a sentir amor por cualquier otro.
El amor es hermoso aun como juego.
* * *
Cleveland Place
Sé que por fin has vuelto a la ciudad
en un suntuoso coche de gran lujo...
La gente pensó en mí. Yo la maldigo.
El coche se detuvo ante tu casa,
pero tú no bajaste, no. Vino alguien
a buscarme, mas yo no quise verte.
El coche iba despacio por la calle
dejando tu recuerdo en cada puerta.
Tu cuerpo lo dejó en el cementerio.
Tu madre me miró. Yo la maldije.
Has vuelto a la ciudad porque estás muerta.
Pero yo iré a escupir sobre tu nombre.
* * *
Doyers Street
No vendrá. De verdad. No vendrá nunca.
Mi cuarto es muy modesto para el éxito.
Ni hallaría la casa tan siquiera.
Mi cuarto es muy austero para amigos.
Nadie viene a reunirse entre estos muros.
Mi cuarto es también frío y muy pequeño.
¿Cómo cobijar, pues, un gran amor?
No es lógico esperar. No vendrá nunca
un éxito, un amigo, un gran amor.
Debiera de una vez cerrar la puerta.
* * *
East 52nd Street
Para hablar no te quiero. Tengo amigos
para tratar de cosas que me inquietan
y ahondar en las ideas que me importan.
Y no nos condiciona nunca el sexo.
Nos lo pasamos bien. Y «Adiós». Y «Hasta otra».
Contigo es diferente. Lo que cuentas
no me interesa nada en absoluto.
Y he de escuchar, no obstante, atentamente
y ocultar mi fastidio a tus palabras.
Porque sino te niegas a mi amor.
Y cuando a mí se ciñe tu figura
grácil y delicada voy perdido.
Pues al sentir tu cuerpo a mí abrazado
nada tiene interés que tú no seas.
Y yo ya no soy mío, sino tuyo.
Y así debo evitar en nuestra charla
lo trascendente; reír tus tontas gracias,
acusarme de estar equivocado...
Entonces sí que accedes a mi amor.
De no mediar el sexo y ser tan bella
te hallara aborrecible y despreciable.
O serías perfecta si no hablaras.
* * *
Gracely Square
Es un hermoso cuerpo ese que viene
hacia mí. Se detiene. Y me sonríe.
Qué bella esa sonrisa roja y húmeda
que se abre, como un sexo a mí ofrecido,
para preguntar algo que no entiendo.
Miro sus ojos claros. Pienso, mientras,
que su maravilloso cuerpo late
junto a mí. Están sus senos cercanísimos
a mi pecho y el vello en su entrepierna.
Se apretará, oprimido por las bragas,
que adivino adorables y minúsculas.
Y como un ruiseñor sonidos dulces
gorjea su garganta a mis oídos.
Ese increíble cuerpo habla conmigo.
Le respondo: «No sé». Se aparta el cuerpo
y veo que se alejan las caderas.
más perfectas de todo el universo.
He aprender inglés. Ahorita mismo.
* * *
Greenwich Avenue
Estoy muy satisfecho de mí mismo.
Yo era un ser seco, huraño y solitario
que envidiaba a los otros su alegría.
Pero rectifiqué. Me costó mucho
adquirir compañía y cara alegre.
Y así he gustado aquellos dulces bienes
que envidiaba a los otros: amistad,
mujer, hijos y el éxito en los negocios.
Uno llega a obtener lo que desea
si de veras se esfuerza en conseguirlo.
La insistencia es la clave del acierto.
La piedra que se encima persistente
sobre sus compañeras de sendero,
logrará que tropiece alguien en ella.
Estoy muy satisfecho de mí mismo
pues sé rectificar. Y comprobado
que amigos, mujer, hijos y negocios
siempre me molestaban y agobiaban,
los dejé sin aviso y sin reparos.
Y he vuelto con alivio a mi yo joven,
a mi ser seco, huraño y solitario.
Y estoy muy satisfecho de mí mismo.
* * *
Kennamore Street
Yo quiero que tú sufras lo que sufro:
aprenderé a rezar para lograrlo.
Yo quiero que te sientas tan inútil
como un vaso sin whisky entre las manos;
que sientas en el pecho el corazón
como si fuera el de otro y te doliese.
Yo quiero que te asomes a cada hora
como un preso aferrado a su ventana
y que sean las piedras de la calle
el único paisaje de tus ojos.
Yo deseo tu muerte donde estés.
Aprenderé a rezar para lograrlo.
* * *
Lafayette Street
Esta es la mujer mía. Pueden verla,
no tengan pena, de perfil, de frente.
Pueden acariciarla con los ojos.
Está desnuda bajo su vestido.
Es hermosa, ¿verdad? Todos lo dicen.
Ella también lo sabe. Es muy hermosa.
Mírenla de perfil, de frente. Desde
la uña del pie al cabello es muy hermosa.
Hasta los automóviles más caros
frenan para admirarla cuando pasa.
Vean a las demás. Se han vuelto feas
cuando ha entrado en el bar ella conmigo.
Y nada le pregunta a la cerveza
para hacer maravillas en la cama.
Esta es la mujer mía. No, no hay otra
tan completa cual ella. Es una lástima
que no encuentren ustedes otra igual.
Pueden acariciarla con los ojos.
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Destrucción de la mañana (del 31 al 42)
Destrucción de la mañana (del 31 al 42)
31
Me paro ante una iglesia altiva, estática,
emboscada en la noche, como un monstruo
enorme dormitando a la intemperie.
Un día ella fue centro jubiloso
de una palabra mágica, increíble.
Una palabra sola, inmensa, grande.
Cabía el mundo entero en ella: Dios.
Era ella el mundo entero. Más aún.
Era, ella, sola, el mundo. Tan sólo ella.
Pero nuevas palabras la acosaron
golpeando su distante placidez.
Y roto el cascarón vertió su nada
viscosa: no conciencia tras la muerte.
No hay por qué lamentarse. En mí ya es hábito
perder. Tanto en lo abstracto como físico.
Me aparto resentido. Entre unas ramas
con precaución se asoma una farola.
32
Si pudiera volver a mi pasado...
A aquella adolescencia ingenua y tímida.
A la incógnita que representaba
para mis familiares, para mí,
mi porvenir repleto de promesas.
Yo sería importante y poderoso.
No sabía por qué, cómo ni cuándo.
Pero ello no importaba. Lo sería.
Estaba destinado a grandes cosas.
Los diarios dedicáranme amplias páginas.
Tendría que firmar miles de autógrafos.
Y fuera mi intelecto celebrado.
Me admirarían todos. Aun aquellos
que me mostraran sólo indiferencia.
Un día no sé cómo, por qué, cuando,
yo sería importante y poderoso.
Todo ha salido mal. Quizá no he hecho
bien las cosas. No di con la manera
apropiada, tal vez, para que salgan
bien las cosas. O porque emprendí cosas
que nunca me podrían salir bien.
33
Y estoy envejeciendo. Mas rechazo
esta figura mía en el camino
del penúltimo tramo de la vida.
Antes tengo que usar la juventud.
Estos años atrás, que dicen jóvenes,
tuve que dedicarlos a buscar
amor, gloria, dinero... No podía
detenerme a vivir. Era lo urgente
atrapar el amor, gloria y dinero.
Debía sorprenderlos en atajos
que irían señalándome mis obras.
¡Estaba tan seguro! Ganaría
un lugar prominente en el Olimpo.
Y trabajé y sufrí. No tengo nada.
Necesito más tiempo de ser joven
pues trabajé y sufrí para poseer
amor, gloria y dinero siendo joven.
Y nada he conseguido. Ni ser joven.
34
Debía haber vivido diariamente.
Vivir no más allá de cada día.
Plenamente vivir todos los días
pensando en cada día que se vive.
No en el vivir de ayer, mañana... El día
solo de la existencia cotidiana.
El día que se vive diariamente.
Ese día que nunca yo he vivido.
35
Si oteo mi pasado sólo avisto
recuerdos agradables de películas
y libros. La ficción y personajes
asumidos por mí como algo propio.
Y sueños inventados que sembraba
para segar amor, gloria y dinero.
Cual si mi vida real hubiera sido
la vida no vivida por mi cuenta.
Cuando he debido hacerlo por mí mismo
todo ha salido mal. Y aún mal me sale.
36
¿Acaso soy mejor yo que los otros?
¿Son mi cuerpo y espíritu especiales?
¿Acaso soy yo un héroe excepcional
de esos de las películas y libros?
He de asentar los pies sobre la tierra.
Verme como el sinónimo ruinoso
de uno más del tropel de los humanos.
Alguien muy parecido a aquellos otros
que yo he menospreciado muchas veces.
¿Por qué, pues, no sumarme en el gran número?
¿Y por qué no me acepto en mi destino
si es vano rebelarse? No se puede.
No es posible escapar de lo que es uno.
37
Es triste, y tal vez grato, demostrarse
ínfimo, incomprendido, desdichado.
Deambular por la vida como gota
minúscula aferrada a una gran nube.
El ser ha regresado a sus fronteras
primeras, las recónditas, su esencia.
Casi aturdido germen reducido
a sí mismo, en sí mismo únicamente.
Solo consigo mismo. Aun excluyéndome
a mí que formo parte de ese yo último.
De ese yo incomprendido, desdichado,
capaz de renunciar hasta sí mismo.
38
¿Qué experimentaron los que han triunfado?
Los que el éxito ha aupado a los altares
de la televisión en horas punta.
Su existencia será maravillosa.
Se instalan en lujosas suites de hoteles
con los precios de vértigo, asediados
por mujeres bellísimas, fruyendo
bebidas y manjares exquisitos.
Admirados, mimados, envidiados
por una multitud que les aplaude.
Y es risible que enuncien que los célebres
de hoy son los olvidados de mañana.
Yo paso por la vida de olvidado
sin haber sido célebre un instante.
39
Nada ha salido igual a lo pensado.
Pero entonces ¿por qué se nos impuso
guardar en la razón la miel del sueño
si nos impiden luego degustarla?
Hubiera sido mucho más piadoso
el habernos dejado en la frontera
del no pensar, sentir, no soñar nada.
Quedar en el no ser, nunca haber sido.
Cuánto dolor se ha ahorrado y cuánto odio
ése, el que no ha nacido, aunque lo ignore.
Lo sabemos nosotros que vivimos,
que intuimos la nada. Y lo envidiamos.
40
Subo las escaleras de mi casa
despacio, descontento, taciturno.
Tan sólo un pensamiento me conforta:
Las casas están llenas de frustrados.
De seres, como yo, sin aptitudes
para ser singulares en enjambres
pese a aspirar brillara su luz propia.
Y poco a poco fueron acogiéndose
a un amor, profesión, final destino
que no era el que anhelaran. Y están solos.
41
Entro en mi habitación. Entramos ambos
mutuamente, eludiéndonos, sombríos.
Está cansado. Noto su cansancio.
Antes no me cansaba con mi cuerpo.
Le miro en el espejo. Está en silencio.
Abatido. Presume su derrota.
Pesaroso. Le escupo varias veces.
Tal vez me compadece y le doy lástima.
Acaso me comprende y me disculpa.
Quizás él también sufre al conocerse
indeseado en mí y juzga que es inútil
pretender que tolere su presencia.
Le aborrezco, es verdad. Y mi desprecio
se extiende por su rostro palidísimo
como áspera maleza por el monte.
Y golpeo el cristal que me lo muestra.
Hasta que le hago huir de mi mirada
sangrándole las manos. ¿O son mías,
por el dolor que corre entre los dedos
y vocifera alertas a mi mente?
Pero está ahí, en el suelo. En mil lugares
se distingue su faz atribulada
que me observa. Y transforma su expresión
en la actitud absorta que era mía.
42
Dejo correr la sangre de las manos.
Acostado en la cama la examino.
Las sábanas la sorben dulcemente
con la quieta avidez de su blancura.
Brota incesantemente. A borbotones.
Tibia y curiosa asoma a mis muñecas
y escapa presurosa de mis manos.
Son manos de vencido. Ellas debían
coger la gloria, amor, coger dinero.
Un día las creí capaces de ello.
Pero nada aprehendieron. No eran hábiles.
O el empeño excedió su exigua fuerza.
Pobres manos humildes y vacías.
Tiemblan un poco. Tiemblan asustadas.
Asustadas y débiles parecen
pedir excusas porque son mediocres.
Les sonrío a mis manos. Las levanto
y las uno. Las siento desvalidas.
Y atisbo como repta sigiloso
ese zumo tan rojo de la vida.
(De: Destrucción de la mañana)
Selección : David Romero
Me paro ante una iglesia altiva, estática,
emboscada en la noche, como un monstruo
enorme dormitando a la intemperie.
Un día ella fue centro jubiloso
de una palabra mágica, increíble.
Una palabra sola, inmensa, grande.
Cabía el mundo entero en ella: Dios.
Era ella el mundo entero. Más aún.
Era, ella, sola, el mundo. Tan sólo ella.
Pero nuevas palabras la acosaron
golpeando su distante placidez.
Y roto el cascarón vertió su nada
viscosa: no conciencia tras la muerte.
No hay por qué lamentarse. En mí ya es hábito
perder. Tanto en lo abstracto como físico.
Me aparto resentido. Entre unas ramas
con precaución se asoma una farola.
32
Si pudiera volver a mi pasado...
A aquella adolescencia ingenua y tímida.
A la incógnita que representaba
para mis familiares, para mí,
mi porvenir repleto de promesas.
Yo sería importante y poderoso.
No sabía por qué, cómo ni cuándo.
Pero ello no importaba. Lo sería.
Estaba destinado a grandes cosas.
Los diarios dedicáranme amplias páginas.
Tendría que firmar miles de autógrafos.
Y fuera mi intelecto celebrado.
Me admirarían todos. Aun aquellos
que me mostraran sólo indiferencia.
Un día no sé cómo, por qué, cuando,
yo sería importante y poderoso.
Todo ha salido mal. Quizá no he hecho
bien las cosas. No di con la manera
apropiada, tal vez, para que salgan
bien las cosas. O porque emprendí cosas
que nunca me podrían salir bien.
33
Y estoy envejeciendo. Mas rechazo
esta figura mía en el camino
del penúltimo tramo de la vida.
Antes tengo que usar la juventud.
Estos años atrás, que dicen jóvenes,
tuve que dedicarlos a buscar
amor, gloria, dinero... No podía
detenerme a vivir. Era lo urgente
atrapar el amor, gloria y dinero.
Debía sorprenderlos en atajos
que irían señalándome mis obras.
¡Estaba tan seguro! Ganaría
un lugar prominente en el Olimpo.
Y trabajé y sufrí. No tengo nada.
Necesito más tiempo de ser joven
pues trabajé y sufrí para poseer
amor, gloria y dinero siendo joven.
Y nada he conseguido. Ni ser joven.
34
Debía haber vivido diariamente.
Vivir no más allá de cada día.
Plenamente vivir todos los días
pensando en cada día que se vive.
No en el vivir de ayer, mañana... El día
solo de la existencia cotidiana.
El día que se vive diariamente.
Ese día que nunca yo he vivido.
35
Si oteo mi pasado sólo avisto
recuerdos agradables de películas
y libros. La ficción y personajes
asumidos por mí como algo propio.
Y sueños inventados que sembraba
para segar amor, gloria y dinero.
Cual si mi vida real hubiera sido
la vida no vivida por mi cuenta.
Cuando he debido hacerlo por mí mismo
todo ha salido mal. Y aún mal me sale.
36
¿Acaso soy mejor yo que los otros?
¿Son mi cuerpo y espíritu especiales?
¿Acaso soy yo un héroe excepcional
de esos de las películas y libros?
He de asentar los pies sobre la tierra.
Verme como el sinónimo ruinoso
de uno más del tropel de los humanos.
Alguien muy parecido a aquellos otros
que yo he menospreciado muchas veces.
¿Por qué, pues, no sumarme en el gran número?
¿Y por qué no me acepto en mi destino
si es vano rebelarse? No se puede.
No es posible escapar de lo que es uno.
37
Es triste, y tal vez grato, demostrarse
ínfimo, incomprendido, desdichado.
Deambular por la vida como gota
minúscula aferrada a una gran nube.
El ser ha regresado a sus fronteras
primeras, las recónditas, su esencia.
Casi aturdido germen reducido
a sí mismo, en sí mismo únicamente.
Solo consigo mismo. Aun excluyéndome
a mí que formo parte de ese yo último.
De ese yo incomprendido, desdichado,
capaz de renunciar hasta sí mismo.
38
¿Qué experimentaron los que han triunfado?
Los que el éxito ha aupado a los altares
de la televisión en horas punta.
Su existencia será maravillosa.
Se instalan en lujosas suites de hoteles
con los precios de vértigo, asediados
por mujeres bellísimas, fruyendo
bebidas y manjares exquisitos.
Admirados, mimados, envidiados
por una multitud que les aplaude.
Y es risible que enuncien que los célebres
de hoy son los olvidados de mañana.
Yo paso por la vida de olvidado
sin haber sido célebre un instante.
39
Nada ha salido igual a lo pensado.
Pero entonces ¿por qué se nos impuso
guardar en la razón la miel del sueño
si nos impiden luego degustarla?
Hubiera sido mucho más piadoso
el habernos dejado en la frontera
del no pensar, sentir, no soñar nada.
Quedar en el no ser, nunca haber sido.
Cuánto dolor se ha ahorrado y cuánto odio
ése, el que no ha nacido, aunque lo ignore.
Lo sabemos nosotros que vivimos,
que intuimos la nada. Y lo envidiamos.
40
Subo las escaleras de mi casa
despacio, descontento, taciturno.
Tan sólo un pensamiento me conforta:
Las casas están llenas de frustrados.
De seres, como yo, sin aptitudes
para ser singulares en enjambres
pese a aspirar brillara su luz propia.
Y poco a poco fueron acogiéndose
a un amor, profesión, final destino
que no era el que anhelaran. Y están solos.
41
Entro en mi habitación. Entramos ambos
mutuamente, eludiéndonos, sombríos.
Está cansado. Noto su cansancio.
Antes no me cansaba con mi cuerpo.
Le miro en el espejo. Está en silencio.
Abatido. Presume su derrota.
Pesaroso. Le escupo varias veces.
Tal vez me compadece y le doy lástima.
Acaso me comprende y me disculpa.
Quizás él también sufre al conocerse
indeseado en mí y juzga que es inútil
pretender que tolere su presencia.
Le aborrezco, es verdad. Y mi desprecio
se extiende por su rostro palidísimo
como áspera maleza por el monte.
Y golpeo el cristal que me lo muestra.
Hasta que le hago huir de mi mirada
sangrándole las manos. ¿O son mías,
por el dolor que corre entre los dedos
y vocifera alertas a mi mente?
Pero está ahí, en el suelo. En mil lugares
se distingue su faz atribulada
que me observa. Y transforma su expresión
en la actitud absorta que era mía.
42
Dejo correr la sangre de las manos.
Acostado en la cama la examino.
Las sábanas la sorben dulcemente
con la quieta avidez de su blancura.
Brota incesantemente. A borbotones.
Tibia y curiosa asoma a mis muñecas
y escapa presurosa de mis manos.
Son manos de vencido. Ellas debían
coger la gloria, amor, coger dinero.
Un día las creí capaces de ello.
Pero nada aprehendieron. No eran hábiles.
O el empeño excedió su exigua fuerza.
Pobres manos humildes y vacías.
Tiemblan un poco. Tiemblan asustadas.
Asustadas y débiles parecen
pedir excusas porque son mediocres.
Les sonrío a mis manos. Las levanto
y las uno. Las siento desvalidas.
Y atisbo como repta sigiloso
ese zumo tan rojo de la vida.
(De: Destrucción de la mañana)
Selección : David Romero
16/8/17
Xavier Sabater recitando a Roberto Bolaño. 2008
El 25 de junio del 2008 en 'H.ORIGINAL bar' se leyó un poema de Roberto Bolaño llamado Bienvenida (reproducido más abajo) y publicado en "Algunos poetas en Barcelona" Ed..LA CLOACA).
Allí le hicieron un homenaje en el quinto aniversario de su muerte.
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Xavier Sabater
9/8/17
Xavier Sabater. Retrospectiva en Valencia
Hace poco más de 3 años que murió Xavier Sabater y como constaté durante la expo que armé (*) durante el festival de poesía escenica y oral de Valencia 'Vociferio' --en el hall del Carme Teatre entre el 11 de junio y principios de agosto de este año-- cada vez se acuerdan menos personas de él, irremediablemente su obra y legado desaparecen; como amigo suyo que fui y en un intento por contrarrestar ese olvido voy a ir transcribiendo, digitalizando y subiendo a este blog todo el material que conservo y ha estado a mi alcance.
Félix Menkar
(*) agradecer a David Trashumante, Raul Lago, Javier Bou, Fernando Alcusón y Rosa Grau su ayuda para materializar la expo de XS.
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Félix Menkar leyendo el texto
El día de la inauguración de la expo (a la que acudieron una veintena de personas) lei un texto que había escrito para la ocasión:
El día de la inauguración de la expo (a la que acudieron una veintena de personas) lei un texto que había escrito para la ocasión:
Xavier Sabater sumergido en la polipoesía
X.S. (1953-2014) nació en BCN y falleció
en marzo del 2014 tras sufrir un infarto cerebral. Nos dejó el legado de haber
participado y organizado 21 festivales de polipoesia y 10 del Cyberpoem en nuestra
odiad(a)mada Barcelona. Le conocí en los lejanos años 70 en los que unos
cuantos fuimos buceadores del fondo extraviados en las formas del sobrevivir. X.S.
fue marino mercante, corrector, informático y poeta, al tocar tierra firme
comenzó un largo viaje entre bares, libros, la VOZ, la performance y las nuevas
tendencias que buscaban ir más allá de los límites del poema. Vivió en Madrid,
Italia, Argentina y Barcelona, inmerso hasta el cuello en el underground, editor
de Sedicions y de La Cloaca así como de los fanzines Exóticas Nuevas y WarieteeeS
para acabar formando La PAPA (Associació de Performers i Poetes Associats). Ha
visitado territorios del aquí y del allá, ha organizado cabarets (KO) y festivales
polipoéticos, ciberpoéticos, de varietés, perfomances y recitales a
raudales. Y ha dejado huella en una generación de nuevos poetas dispuestos
a seguir sus pasos, ir más allá y no olvidarle. Lo tuvimos actuando en el Vociferio
del 2011. Su poema más conocido es ‘Saba Sanyo Casio’; publicó 4 poemarios: Poesías
bajo tierra (1973), Oscuros silencios de Bronce (1978), Saba Sanyo Casio (1992)
y Versos Adversos (2013) y varias antologías tanto textuales como de polipoesía
y sus trabajos estan sumergidos en infinidad de publicaciones sonoras y de
papel. Su poesía de fuerte contenido contracultural exprime el lenguaje de
forma crítica y social usando elementos multidisciplinares (efectos de sonido,
video, poesía visual, ciberpoesía) intentando acercarse al No-Arte TOTAL. Sus
referencias entre otros fueron Henri Chopin, Enzo Minarelli y Antonin Artaud. La
faceta –para él-- más gratificante fue la de profesor (impartió varios talleres
y cursos).
X.S. no cesaba de hablar de la
‘incoherencia’ de los poetas actuales y de su impostura, de lo ignorantes que
eran, lo poco preparados que estaban ante un recital y su escasa originalidad.
X.S. era un maestro de la acción poética, del gesto poético tanto en su
continente como en su contenido; se le recordará por su energía inagotable, por
ser un gran agitador y divulgador poético europeo y en la península ibérica el
padre de la polipoesía.
Félix Menkar, mayo 2017
https://xaviersabater.wordpress.com/curriculum/
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1/8/17
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