La venganza, ese impulso incontrolable que parece formar parte de la condición humana, una de las reacciones primarias la llevamos profundamente grabada en los genes. Gracias a la tecnología de ondas cerebrales se ha podido descubrir que cuando –por ejemplo, alguien es insultado se da una cresta de actividad en la parte del cerebro relacionada con el hambre y el ansia. Responder ante una agresión con ira hace que esta se intensifique y produzca una agresividad mayor. Es preciso romper el ciclo de ira y fomentar los acuerdos y las mediaciones. No gana el que usa la venganza para desquitarse, siempre perderá la partida.
Ubiku
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