Siguiendo las noticias candentes de estos días, de disturbios y revueltas, de cero esperanzas, ningún sueño de futuro para toda una generación de jóvenes sobradamente preparados y a los que hemos dejado en la estacada. Sabedores que ciertos capitostes de la bolsa y la economía global realizan grandes estafas piramidales a pequeños ahorradores y fondos de pensiones sin el más mínimo escrúpulo, sabiendo todo esto que nos aflige y aplasta, uno siente alegría cuando asiste a un acto como el celebrado el otro día en el café El Dorado de esta Valencia del despilfarro; donde un grupo de poetas, de fotograf@s, de artistas ofrecieron sus palabras, sus obras, invirtieron su tiempo y esfuerzos para ayudar a unos niños de Togo que ni siquiera conocen (pero sienten muy cercanos) para que tengan alguna oportunidad de supervivencia. Me alegra haber visto que acudió bastante gente a poner su grano de arena para combatir injusticias y miseria en un continente abandonado en la niebla de la mezquindad humana. Quizás sea esta también una posible respuesta contra la usura y el capitalismo ciego.
Ojalá así sea.
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