Mis más recientes instalaciones han sido construidas con material electrónico encontrado en basureros, vertederos y centros de reciclaje: cables telefónicos, informáticos y eléctricos de múltiples colores, miles de bombillas fundidas, metros de cinta de video, viejas máquinas tragaperras, DVDs, etc. Estas instalaciones exploran la corta vida de las tecnologías que desechamos y su relación con la mortalidad. Estas instalaciones también buscan reanimar lo inanimado. Animaciones de luz proyectadas aparentan liberar la energía almacenada en el material eléctrónico, despertando memorias de su pasado. A través de mi trabajo intento dar vida a estos materiales que han muerto, mostrar sus secretos, reavivar la memoria colectiva que contienen para construir un retrato de una sociedad y una época www.danielcanogar.com |
ENTREVISTA
a DANIEL CANOGAR (artista) –fragmento--
Usted se muestra a menudo, en declaraciones y en su obra, como
esas fotografías de gente flotando en un mar invadido de plásticos, muy
preocupado por la destrucción ecológica. ¿Vivimos una emergencia ambiental?,
¿nos podría ayudar esta crisis a cambiar un modelo insostenible de crecimiento
o nos está llevando a considerar un lujo la preocupación por el entorno?
[Largo silencio]. La verdad es
que tengo una visión bastante catastrofista sobre este tema. [Un silencio aún
mayor]. No sé, estoy intentando decir algo positivo, y no me sale. Yo creo que
el ser humano es un virus terrible para el planeta, y que la Tierra se vengará
con algo que nos extinguirá. Pero es que yo creo que, de alguna manera, mentalmente,
psicológicamente, ya hemos abandonado la Tierra. La dejadez hacia nuestro
entorno inmediato solo se puede explicar porque haya una especie de instinto de
supervivencia genética que nos permita pensar que podremos salir de la Tierra y
colonizar otros planetas, o algo así, porque, si no, no se explica lo que está
ocurriendo, no tiene sentido. Yo me siento totalmente implicado en esa
paradoja, de casi dejarme llevar a la deriva por esa corriente de estupidez;
somos conscientes de lo que pasa, pero estamos como paralizados. Tenemos que
saber estar en el mundo, y ese es el problema, que cada vez sabemos menos estar
en el mundo, porque todo es como una avalancha…
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