Logroño 2006, Ediciones 4 de agosto,
0)
ÍNCIPIT
Nosotros escribimos en los
futuros últimos tiempos de
una literatura muerta.
1) TRES PEDRADAS PARA EMPEZAR
i.
Nuestro tiempo ya ha
cambiado.
ii.
Nuestra poesía, la
de nuestras latitudes, no.
iii.
No fue nuestra poesía lo que cambió el mundo.
2)
Mirar
de frente a la desesperanza y no bajar los ojos.
Por
eso, escribimos.
3)
Belleza:
la sed que convoca un poema. También, sobre
todo,
un poema político.
4)
Cada
vez más, uno no puede espantar la sospecha de
que
buena parte de nuestra poesía reciente lo que no
deja
de disfrazar es sus móviles.
Nosotros reivindicamos un tiempo de excepción para la
construcción de nuestros poemas.
5)
COMMUNIO NON EST IDENTIFICATIO
La poesía política actual no representa a quienes se les
niega la voz.
No deberíamos suplantar a los heridos.
Del mismo modo que es absurdo que el poema procure
la identificación del lector con las víctimas, jamás
debería hacerlo el poeta político que escribe desde
Europa.
Debería inquietarnos el hecho de que pueda decirse de
nosotros que elevamos la voz de quienes viven en las
cunetas de la historia.
Nuestra voz es nuestra voz. Si no, no hay esperanza.
6)
ABRAZO Y PROTESTA
Un poema político no tiene por qué ser “transparente”.
No es necesariamente en lo transparente donde siempre
acaece una comunicación.
No siempre en lo ya conocido se producen los
encuentros.
Y no necesariamente en la claridad, el abrazo y la
protesta.
7) EN POESÍA POLÍTICA
Seámoslo todo.
8)
El peor destino que le cabe en suerte a toda poesía es
ser, a lo largo del tiempo, previsible.
9)
“LA INJUSTICIA NO ES ANÓNIMA: TIENE NOMBRE Y DIRECCIÓN”
(BRECHT)
Un buen poema político no “mueve el mundo”.
Ayuda a recobrar aliento.
Un buen poema político no “hace caer a la injusticia”.
Le da nombre y dirección.
10)
Como cualquier otro ciudadano, el poeta es –en efecto– un
límite del mundo. Pero habrá que ver qué legitima.
11) EN POESÍA POLÍTICA…
No hagamos otra cosa que se pueda hacer en la calle.
12) EN POESÍA POLÍTICA…
No hagamos otra cosa que no podamos hacer en la calle.
13)
Un buen poema político –a diferencia de buena parte de
nuestra poesía más reciente– no puede faltar
a la verdad.
ENRIQUE FALCON,
De “El amor y la Ira”
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