Mucha tinta se ha usado para hablar del fenómeno de las masas asociadas al fútbol (los hooligans o hinchas exacerbados, los ultras, movimientos radicales asociados a corrientes ideológicas, etc.), pero yendo más allá se podría encontrar un paralelismo entre los ejércitos en guerra, sus despliegues invasores, el fragor de las batallas y las muchedumbres exaltadas por el odio y la animadversión hacia los rivales, unos sentimientos fruto de las bajas pasiones y la barbarie, unos y otros enardecidos por el alcohol o las drogas (para evadirse del horror de la guerra o da igual, de la anodina existencia cotidiana) y abducidos por la adrenalina del combate, la locura y la orgía colectivas. Esas masas sin control se comportan como una auténtica jauría humana.
“la idea de que hay alguna nobleza en la guerra es un absurdo. Los campos de batalla son lugares llenos de sangre, de trozos de cuerpos, de heces, de pánico y de dolor, de monstruosidades y de las peores formas del comportamiento instintivo”
Geoffrey Regan
También podríamos aplicar la imagen anterior a muchas tragedias ocurridas en un estadio de fútbol, donde se supone se celebra un acontecimiento deportivo.
Breve lista de masacres:
--1982…………...….Estadio Lenin. Moscú…....….…340 muertos
-- mayo 1985…..…Heysel. Bruselas………….…........34 muertos
--1989…………......Hillsborough..Inmglaterra…..….96 muertos
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