Al empezar esta investigación me encontré con un mar de dudas que mediante la inestimable experiencia y orientaciones de Victoria Combalía, tutora del presente estudio, he intentado resolver. El objeto de mi estudio, la evolución del mail art en el territorio español, abarcaba un amplio territorio de objetos heterogéneos aunque su historia se limitaba a tan sólo unos cuarenta años. Sus cambios, tanto de concepción como de medio, unificaban una idea central, la importancia de la comunicación para estos artistas que, sin ánimo de lucro, escapan de los circuitos establecidos para vehicular sus obras. En principio este circuito alternativo se desarrolla como una necesidad para más adelante evolucionar fuera de la clandestinidad, con una nueva visibilidad y las múltiples posibilidades que esta condición podía ofrecerles. La comunicación como un derecho básico, reivindicado desde la esfera artística por todo aquel que quisiera hacerlo, sin tabúes ni élites. Un derecho que al normalizar su uso se muestra como el medio adecuado para reivindicar otros derechos y producir una reflexión individual y colectiva de toda la sociedad.
La importancia de la comunicación por encima del medio utilizado hace que de esta idea inicial se vayan ramificando diferentes opciones. Estas ramas, más o menos separadas del tronco inicial, a su vez van produciendo pequeños subgéneros en función de su naturaleza, o incluso hacen posible la hibridación con otros medios. Todas estas bifurcaciones que se van dando en el mail art pluralizan el concepto en sí de arte correo, al no limitarse de ninguna manera por un medio, bien sea el postal (y sus subgéneros), el arte en el espacio virtual de Internet o de las ediciones de diversa índole. .../...
Isabel Lázaro.
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