Bio-bibliografía
María Angeles Maeso (Valdanzo, Soria, 1955) Licenciada en Filología Hispánica. Profesora de lengua y literatura. Ha ejercido la crítica literaria para diversos medios, formado parte de las tertulias radiofónicas y colaborado con el Instituto Cervantes, con artículos sobre lenguaje.
-NARRATIVA: Perro (2004). Los condes del no y no (2006).
-POESÍA: Sin regreso (Premio Jorge Manrique, 1990). Trazado de la periferia (1996).El bebedor de los arroyos (2000). Vamos, vemos (Premio León Felipe, 2004). Sus poemas forman parte de numerosas antologías y revistas.
-----
Poética (dos fragmentos)
-- Creo, con Marcuse, que el arte conserva la memoria de las cosas no alcanzadas, mediante una promesa de felicidad. Creo que entre esa memoria y esa promesa se sitúa la labor del poeta. Dos componentes que El Estado de la Satisfacción está aniquilando del ser humano, del que vive en este lado del mundo, que no es el único.
-- No conozco otra forma de poner un dique a la locura. Escribir tiene mucho que ver con un modo de resistencia, con un negarse a aceptar la pérdida del sentido que nos acosa.
Cortesía de “Las afinidades electivas”
-------------
“CUÁNTO, LÍRICA PALABRA”
Sagrado por la sed,
cómo anhela mi cuerpo la oración del lirio
que ni trabaja ni hila;
¡Oh, ese vivir de ave bíblica
que ni siembra ni siega!
Y sin embargo, ¡qué ironía!,
también ahí la contraseña
es cuánto y cuanto es la clave
que atraviesa el mes.
Cuánto de hacha y sílex,
cuánto de reloj, cuántos ceros para hoy.
A cuánto ahora, que yo me paro
y muy espiritualmente,
raíz arriba, me pongo lírica
y al rojo de los números enrojezco
como un cielo holgazán
que anochece en la pregunta
de a cuánto el ramo,
las hierbas del campo,
el horno que dios no enciende..."
* [de sus 'DOS POEMAS... EN TIEMPOS DEL DESPIDO LIBRE'= ver 'ABCD... las Artes y Letras', nº 801, "UNI-VERSOS"]
Sagrado por la sed,
cómo anhela mi cuerpo la oración del lirio
que ni trabaja ni hila;
¡Oh, ese vivir de ave bíblica
que ni siembra ni siega!
Y sin embargo, ¡qué ironía!,
también ahí la contraseña
es cuánto y cuanto es la clave
que atraviesa el mes.
Cuánto de hacha y sílex,
cuánto de reloj, cuántos ceros para hoy.
A cuánto ahora, que yo me paro
y muy espiritualmente,
raíz arriba, me pongo lírica
y al rojo de los números enrojezco
como un cielo holgazán
que anochece en la pregunta
de a cuánto el ramo,
las hierbas del campo,
el horno que dios no enciende..."
* [de sus 'DOS POEMAS... EN TIEMPOS DEL DESPIDO LIBRE'= ver 'ABCD... las Artes y Letras', nº 801, "UNI-VERSOS"]
Pero la noche es una rueda orante
que chirría en la jaula de un ratón
anaranjado.
Es un remirar de serpiente hartada
por las arenas venideras, mientras
los niños, abrazados a los osos,
duermen.
A veces, huele a gas, creedme.
Y todo es clamor bajo la luna.
De “Trazado de la periferia” (E.Vitruvio, 1996)
Irse despidiendo en vivo de nosotros mismos, zanjando la cuestión de un
pálpito con kilómetros de por medio y no hacia abajo.
Así unas diez o doce veces y al grito de circulen circulen, no quiero corros y
mucho menos con los niños.
Hacia la mitad, si es noviembre y llueve, si muy mansamente y para ti sola
llueve,
pones un disco de jazz, pones un gato en el sofá, pones en agua la Santa Cena
y Las Completas de Lenin,
te asomas a la válvula mitral y te pones a mirar en el haber
del a-ver-a-ver averquéqueda.
Y eso es todo.
Más de uno se sacó los ojos.
Así unas diez o doce veces y al grito de circulen circulen, no quiero corros y
mucho menos con los niños.
Hacia la mitad, si es noviembre y llueve, si muy mansamente y para ti sola
llueve,
pones un disco de jazz, pones un gato en el sofá, pones en agua la Santa Cena
y Las Completas de Lenin,
te asomas a la válvula mitral y te pones a mirar en el haber
del a-ver-a-ver averquéqueda.
Y eso es todo.
Más de uno se sacó los ojos.
De “El bebedor de los arroyos”, (E. Huerga y Fierro, Madrid, 2000).
PRIMAVERA NUEVAMENTE
La flor señala el crimen
con callado rubor
Blanca Varela
con callado rubor
Blanca Varela
Hora a hora el suelo se está abriendo.
Lo saben la piel del alma y la de un zapato.
Lo saben en las afueras de Madrid y en Barcelona
y aquí, cada labrador lo sabe.
Vamos, vemos que obstinadas hierbas
y nervios diminutos,
entre un corazón de roca, abren su senda
Hora a hora, un insignificante tallo
se atreve cada marzo a mirar de abajo arriba,
atraviesa el granito o el asfalto,
sortea la metralla, el peso del tractor
y el de las terribles miradas...
Simplemente asoma,
y en el aire deja su denuncia y su convocatoria.
Vamos, vemos que sucede a cada hora.
Sólo es el imperio quien desprecia cuanto ignora.
----
Como esos lugares de encuentro
Como esos lugares de encuentro
que ves en los aeropuertos,
¿ya eres, sin palomas, sólo-cuerpo-suelo
para que puedan celebrar su cita
la flor y las agujas?
¿Y el resto? ¿Y todo lo que dejabas
para después de la muerte?
Todo lo que daba vueltas,
como ese millón de refugiados
alrededor del lago Tanganika,
¿ya fue tocado,
hundido,
quemado,
descuartizado...?
Mujeres de carne y verso.
Antología poética femenina
en lengua española del siglo XX.
Edición de Manuel Francisco Reina.
La esfera literaria. 2002
que ves en los aeropuertos,
¿ya eres, sin palomas, sólo-cuerpo-suelo
para que puedan celebrar su cita
la flor y las agujas?
¿Y el resto? ¿Y todo lo que dejabas
para después de la muerte?
Todo lo que daba vueltas,
como ese millón de refugiados
alrededor del lago Tanganika,
¿ya fue tocado,
hundido,
quemado,
descuartizado...?
Mujeres de carne y verso.
Antología poética femenina
en lengua española del siglo XX.
Edición de Manuel Francisco Reina.
La esfera literaria. 2002
(María Ángeles Maeso
No hay comentarios:
Publicar un comentario