Emil Cioran y Fernando
Savater en París
Sobre
esto de la honradez voy a decir algo. Cuando uno emprende un ensayo de cuarenta
páginas sobre lo que sea, comienza por ciertas afirmaciones previas y
queda prisionero de ellas. Cierta idea de la honradez le obliga a
continuar respetándolas hasta el final, a no contradecirse. Sin embargo, según
va avanzando el texto, le van ofreciendo otras tentaciones, que hay que
rechazar porque apartan del camino trazado. Uno está encerrado en un círculo
trazado por uno mismo. De este modo se hace honorable y cae en la falsedad y en
la falta de veracidad. Si esto pasa en un ensayo de cuarenta páginas, ¡qué no
ocurrirá en un sistema! Este es el drama de todo pensamiento estructurado, el
no permitir la contradicción. Así se cae en lo falso, se miente para resguardar
la coherencia. En cambio, si uno hace fragmentos, en el curso de un mismo
día puedo uno decir una cosa y la contraria ¿Por qué? Porque surge cada
fragmento de una experiencia diferente y esas experiencias sí que son
verdaderas: son lo más importante. Se dirá que esto es irresponsable, pero sí
lo es, lo será en el mismo sentido en que la vida es irresponsable. Un
pensamiento fragmentario refleja todos los aspectos de vuestra experiencia: un
pensamiento sistemático refleja sólo un aspecto, el aspecto controlado, luego
empobrecido. En Nietzsche, en Dostoievski, hablan todos los tipos de humanidad
posibles, todas las experiencias. En el sistema sólo habla el controlador, el
jefe. El sistema es siempre la voz del jefe: por eso todo sistema es
totalitario, mientras que el pensamiento fragmentario permanece libre."
Emil Cioran
Conversación con Fernando Savater
El País, 23 de octubre de 1977
Conversación con Fernando Savater
El País, 23 de octubre de 1977
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