A Oliverio Girondo
"No sé, me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono, bajo ningún concepto, que no sepan volar."Oliverio, hombrecito
Oliverio Girondo
yo hubiese trepado por tu espalda
para fundar pueblos en tus hombros
habitantes arboles inmensos
debajo de donde tu podrías
besar a las muchachas.
Con una espiga de trigo
hubiese acariciado
a tu sexo árido.
Hubiésemos visto pasar a las sílabas
en grandiosos desfiles
hubiésemos inventado piropos
para luego lanzarselos.
Pero no hombrecito
nada de esto sería posible
porque yo
nunca
supe volar
ni siquiera en sueños.
Anahí Eleuterio
Nací en Buenos Aires en el año 1989, de chiquita ya tenía una conexión muy íntima con mi cuerpo y tenía la sexualidad muy presente. Cuentan que era muy inquieta, curiosa, que me encantaba bailar y escribir cuentos. A los 3 o 4 años empecé a imitar los pasos de danza clásica que veía en los ballets que pasaban en la tele, hasta que a los 5 me llevaron a estudiar, pero a los 11 abandoné para empezar a vivir la adolescencia. En casa siempre hubo muchos libros y revistas para curiosear, mamá nos llevaba a muchas actividades y nos leía muchos cuentos; el arte siempre estuvo presente aunque no lo percibiera de la misma manera que ahora.
Estudié en el Colegio Nacional de San Isidro donde conocí varias personas que influyeron en mi vida sentimental y artísticamente. A los 15 años me topé con un libro de Alejandra Pizarnik y no hubo vuelta atrás, fue una ola de inspiración indescriptible que me impulsó a escribir y es el día de hoy que lo sigue haciendo. A los 16 ya muchas obras pictóricas miraba yo y quería dibujar pero todo lo que hacía se convertía en un bollo que iba a parar a la basura. Una tarde preparando materias para rendir en diciembre con una amiga, hartas ya de la matemática, nos pusimos a jugar con una camarita digital, me divertí tanto que cada vez que tenía la oportunidad de tener en mano una cámara sacaba una foto. Le pedí a mi mamá que me comprara una cámara y de ahí en mas fuimos inseparables. Experimenté durante un año y medio y luego comencé a hacer un curso con Filiberto Mugnani, mi actual profesor. Participé en algunas muestras colectivas y en festivales de arte under, quedé seleccionada en un concurso para exponer en la última edición de Expotrastiendas y edité caseramente junto con unos amigos unos fanzines de poesía. Realizo mis ideas fotográficas cuando tengo ganas, escribo cuando siento que tengo algo para decir, publico mis poemas en un blog, trabajo como modelo de foto y dibujo y tengo mi pequeño hogar adentro de la música. Como todavía no sé bien que estudiar voy por la vida flotando, cantando, riendo, llorando y peleándome conmigo misma.
Anahí Eleuterio
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