puestos en el cielo
hacen comprender la redondez eterna
del universo.
.
Una mirada radiante al sol,
hace transparente la realidad terrestre.
.
Un grito en una tarde cerrada,
convoca la disolución de ladrillos amurallados.
-.-
Un abrazo
metamorfosea sobre amor,
lo hace infinito y... exquisito.
-.-
Y todo esto con un cuerpo:
una máquina indescriptiblemente poderosa
convierte al aire
en llanto,
la luna, en promesas;
y el cielo, en un techo permanente.
-.-
Todo esto con dos brazos,
dos pies, dos ojos
una piel y un sexo.
Una máquina que descansa en alucinaciones
y despierta entre vapores.
.
Una noche con los ojos
puestos en el cielo
hacen comprender la redondez eterna
del universo.
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