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Se trata de un texto de Marcelo Expósito escrito hace tres años para el evento DESACUERDOS (más info aquí).
Cortesía de MACBA y Arteleku.
Marcelo Expósito
En recuerdo de los padres Josep Renau y Manuel Vázquez Montalbán
A Raymond Williams
“A partir de los años 70 se han afirmado nuevas subjetividades colectivas en la escena de las transformaciones sociales... La innovación derivada de 1968 debe ser, sobre todo, captada en el universo de la conciencia, de los deseos y de los comportamientos” (Felix Guattari y Toni Negri: Las verdades nómadas, 1985).
“Soy una feminista negra lesbiana guerrera poeta madre, que hago mi trabajo. ¿Quiénes sois y cómo estáis haciendo el vuestro?” (Audre Lorde en 1989, citada por Teresa de Lauretis: “El feminismo y sus diferencias”, 1990).
Aunque los 25 años cumplidos por la Constitución española meses atrás parecían favorables, nuestra provincia artística fue poco dada a festejar demasiado alegremente el maridaje entre el arte contemporáneo, la “ejemplar implantación de la democracia” en nuestro país y la actual apología de la democracia realmente existente, instalada como está en el patrioterismo constitucional o nacionalista de diversos colores. Significativo, pues tales timideces marcan una distancia sustancial frente al momento, pongamos por caso, de la apoteosis de la feria Arco, que se justificó, recordemos, como un síntoma más del deseo de enterrar el oscuro pasado, de nuestra necesaria modernización, e incluso, imperturbablemente, como el equivalente en el mundo artístico de la obligada apertura internacional de nuestro país por medio de su entrada en la Comunidad Europea y la OTAN (sic). El tiempo no pasa en balde. Pero el objetivo de esta imagen inicial no es aburrir al amable lector o lectora polemizando obviedades, sino tan sólo constatar que hoy día hasta el menos avisado parece sentir que los aparatos culturales de nuestra democracia representativa, a pesar de la fanfarria, andan con muy mal pie.
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