2/6/13

El sur de Europa de La Tristura frente a un texto de Angélica Lidell sobre Europa

No todo vale, no vale todo….teatro es mucho más.

Contraposición entre una buena idea y un proyecto fallido, entre un texto malogrado y otra sobre una visión de Europa de Angélica Lidell.
A la Tristura su último trabajo se les queda grande, no llega al público, es una representación deshilachada, que sugiere cosas pero nada más, está sin acabar, resulta “igual de mediocre” que lo que al parecer quieren denunciar, caen así en una extraña coherencia, eso sí a costa de una mala dirección de actores y mucha tontería gratuita, unido al uso frívolo de los recursos escénicos; resumiendo: un vacío del continente y del contenido, no hay por donde cogerlo, a duras penas se puede salvar algo en la tercera parte --con el monólogo de la Atlántida--, o en el recurso al poema de Gil de Biedma, pero insisto: ¡decepcionante!, una pena porque “Años 90 nacimos para ser estrellas”,  su anterior obra fue interesante, con un magnifico texto y una entrega absoluta de los tres actores, eso sí en escenarios de bolsillo.
La compañía La Tristura con “El sur de Europa. Días de amor difíciles” intentan perseguir una intimidad, una exposición absoluta y alguna certeza, decididos a seguir modelando desesperadamente su propia caligrafía. ¿Qué hay realmente en el sur de Europa? En el sur hay luces, hay islas, hay heridas, hay olivos, hay leyendas, hay ruinas, hay cantos y bailes.
La Tristura pretende representar un adiós a una Europa derruida entre coplas.
"La belleza dentro de la decadencia: eso es lo que buscamos en esta obra", dice Celso Giménez, uno de los miembros de La tristura, que actúa y dirige este espectáculo.
"La herencia de todo el imaginario del sur de Europa" queda expuesta en las tres partes de esta obra, que, aunque en principio "están montadas como lo que en cine se entendería como un 'corte'", tienen dos elementos en común: el telón, tradicional en el teatro, y un mar que refleja la deriva en la que navegan sus personajes.
Siete personajes disparan globos transparentes con un fondo de mar y unos audífonos que permiten escuchar las pesadillas de una joven italiana que reflexiona sobre el derrumbamiento de la Atlántida.
Aunque en la obra existe un espíritu de denuncia de la actual situación que vive España y el sur del continente, también trata otros temas de mayor calado, como si fuera posible "amar cuando todo se está derrumbando", comenta Giménez.
"El mundo, la civilización comenzó en el sur de Europa, y en ese sentido los europeos estamos más ligados a la historia, al pasado, al legado cultural que nos dejaron", ha explicado la actriz de La tristura Itsaso Arana
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ANGÉLICA LIDELL escribe:

Necesitamos un proyecto amoral
para ser unos verdaderos moralistas
Por eso tenemos que salir cuanto antes a las calles de Europa
para matar a la gente de Europa
Tenemos que salir a las playas de Europa
a los colegios de Europa
a las iglesias de Europa
a los centros comerciales de Europa
a matar con nuestro rifle de balines
para ser inocentes
verdaderamente inocentes
para no ser como ellos
para no matar a los iraquíes, a los afganos, a los palestinos
para no ser Europa.


Angélica Liddell, 2008: 75).

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