31/12/10

Gratitud. Oliverio Girondo



Gracias aroma
azul,
fogata
encelo.
Gracias pelo
caballo
mandarino.
Gracias pudor
turquesa
embrujo
vela,
llamarada
quietud
azar
delirio.
Gracias a los racimos
a la tarde,
a la sed
al fervor
a las arrugas,
al silencio
a los senos
a la noche,
a la danza
a la lumbre
a la espesura.
Muchas gracias al humo
a los microbios,
al despertar
al cuerno
a la belleza,
a la esponja
a la duda
a la semilla
a la sangre
a los toros
a la siesta.


Gracias por la ebriedad,
por la vagancia,
por el aire
la piel
las alamedas,
por el absurdo de hoy
y de mañana,
desazón
avidez
calma
alegría,
nostalgia
desamor
ceniza
llanto.
Gracias a lo que nace,
a lo que muere,
a las uñas
las alas
las hormigas,
los reflejos
el viento
la rompiente,
el olvido
los granos
la locura.
Muchas gracias gusano.
Gracias huevo.
Gracias fango,
sonido.
Gracias piedra.
Muchas gracias por todo.
Muchas gracias.
Oliverio Girondo,
agradecido.

Oliverio Girondo. Codex de Poetas


Poeta argentino nacido en Buenos Aires en 1891, en el seno de una
familia adinerada que le procuró una esmerada educación en importantes centros educativos europeos.
Estudió Derecho, y muy pronto, a raíz de sus contactos con los poetas exponentes de la vanguardia europea, publicó en 1922
su primer libro de poemas, «Veinte poemas para ser leídos en el tranvía», seguidos luego por «Calcomanías» en 1925,
«Espantapájaros» en 1932, «Persuasión de los días» en 1942, «Campo nuestro» en 1946 y «En la masmédula» en 1954,
obra que constituye en su trabajo más audaz en el campo de la poesía.
Al iniciarse la década de los años cincuenta, guiado por su interés en las artes plásticas, incursionó en la pintura con una marcada tendencia surrealista, gracias a su profundo conocimiento de la pintura francesa.
En 1961 sufrió un grave accidente que le disminuyó sus condiciones físicas. En 1965 viajó por última vez a Europa y a su regreso a Buenos Aires, falleció en 1967.

© amediavoz
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Espantapájaros

No se me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de soportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible
- no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase,
tan locamente, de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos?
¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo
y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina,
volaba del comedor a la despensa.
Volando me preparaba el baño, la camisa.
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando,
de algún paseo por los alrededores!
Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado.
"¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos,
ya me abrazaba con sus piernas de pluma,
para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia
que nos aproximaba al paraíso;
durante horas enteras nos anidábamos en una nube,
como dos ángeles, y de repente,
en tirabuzón, en hoja muerta,
el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera...,
aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas!
¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes...
la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer una mujer etérea,
¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre?
¿Verdad que no hay diferencia sustancial
entre vivir con una vaca o con una mujer
que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender
la seducción de una mujer pedestre,
y por más empeño que ponga en concebirlo,
no me es posible ni tan siquiera imaginar
que pueda hacerse el amor más que volando.

4

Abandoné las carambolas por el calambur, los madrigales por los mamboretás, los entreveros por los entretelones, los invertidos por los invertebrados. Dejé la sociabilidad a causa de los sociólogos, de los solistas, de-los sodomitas, de los solitarios. No quise saber nada con los prostáticos. Preferí el sublimado a lo sublime. Lo edificante a lo edificado. Mi repulsión hacia los parentescos me hizo eludir los padrinazgos, los padrenuestros. Conjuré las conjuraciones más concomitantes con las conjugaciones conyugales. Fui célibe, con el mismo amor propio con que hubiese sido paraguas. A pesar de mis predilecciones, tuve que distanciarme de los contrabandistas y de los contrabajos; pero intimé, en cambio, con la flagelación, con los flamencos.
Lo irreductible me sedujo un instante. Creí, con una buena fe de voluntario, en la mineralogía y en los minotauros. ¿Por qué razón los mitos no repoblarían la aridez de nuestras circunvoluciones? Durante varios siglos, la felicidad, la fecundidad, la filosofía, la fortuna, ¿no se hospedaron en una piedra?
¡Mi ineptitud llegó a confundir a un coronel con un termómetro!
Renuncié a las sociedades de beneficencia, a los ejercicios respiratorios, a la franela. Aprendí de memoria el horario de los trenes que no tomaría nunca. Poco a poco me sedujeron el recato y el bacalao. No consentí ninguna concomitancia con la concupiscencia, con la constipación. Fui metodista, malabarista, monogamista. Amé las contradicciones, las contrariedades, los contrasentidos... y caí en el gatismo, con una violencia de gatillo.

12

Se miran, se presienten, se desean,
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se demudan,
se adormecen, despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se aletargan, fallecen, se reintegran,
se distienden, se enarcan, se menean,
se retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangulan, se aprietan, se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enervan, se apetecen,
se acometen, se enlazan, se entrechocan,
se agazapan, se apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se remachan, se injertan, se atornillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resucitan, se buscan, se refriegan,
se rehuyen, se evaden y se entregan.

18

Llorar a lágrima viva. Llorar a chorros. Llorar la digestión. Llorar el sueño. Llorar ante las puertas y los puertos. Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas, las compuertas del llanto. Empaparnos el alma, la camiseta. Inundar las veredas y los paseos, y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando. Festejar los cumpleaños familiares, llorando. Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo... si es verdad que los cacuies y los cocodrilos no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien. Llorarlo con la nariz, con las rodillas. Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría. Llorar de frac, de flato, de flacura. Llorar improvisando, de memoria. ¡Llorar todo el insomnio y todo el día!

De su libro Espantapajaros
                                                                ------------------

Gratitud

Gracias aroma
azul,
fogata
encelo.
Gracias pelo
caballo
mandarino.
Gracias pudor
turquesa
embrujo
vela,
llamarada
quietud
azar
delirio.
Gracias a los racimos
a la tarde,
a la sed
al fervor
a las arrugas,
al silencio
a los senos
a la noche,
a la danza
a la lumbre
a la espesura.
Muchas gracias al humo
a los microbios,
al despertar
al cuerno
a la belleza,
a la esponja
a la duda
a la semilla
a la sangre
a los toros
a la siesta.

Gracias por la ebriedad,
por la vagancia,
por el aire
la piel
las alamedas,
por el absurdo de hoy
y de mañana,
desazón
avidez
calma
alegría,
nostalgia
desamor
ceniza
llanto.
Gracias a lo que nace,
a lo que muere,
a las uñas
las alas
las hormigas,
los reflejos
el viento
la rompiente,
el olvido
los granos
la locura.
Muchas gracias gusano.
Gracias huevo.
Gracias fango,
sonido.
Gracias piedra.
Muchas gracias por todo.
Muchas gracias.
Oliverio Girondo,
agradecido.
                                               --------------------------
                                                 
                                                          Yo no sé nada


Yo no sé nada
Tú no sabes nada
Ud. no sabe nada
El no sabe nada
Ellos no saben nada
Ellas no saben nada
Uds. no saben nada
Nosotros no sabemos nada
La desorientación de mi generación tiene su expli-
cación en la dirección de nuestra educación,cuya
idealización de la acción, era - ¡sin discusión!-
una mistificación, en contradicción
con nuestra propensión a la me-
ditación, a la contemplación y
a la masturbación. (Gutural,
lo más guturalmente que
se pueda.) Creo que
creo en lo que creo
que no creo. Y creo
que no creo en lo
que creo que creo
«C a n t a r d e l a s r a n as»
¡Y ¡Y ¿A ¿A ¡Y ¡Y
su ba llí llá su ba
bo jo es es bo jo
las las tá? tá? las las
es es ¡A ¡A es es
ca ca quí cá ca ca
le le no no le le
ras ras es es ras ras
arri aba tá tá arri aba
ba!... jo!... !... !... ba!... jo!...

30/12/10

RESUMEN DEL AÑO (POÉTICO) EN VALENCIA 2010

Cortesía de "El grito capicua"

Este es el tercer año que intentamos hacer un resumen del acontecer poético en la ciudad de Valencia. Como siempre, es un trabajo muy costoso y que, estoy seguro, está incompleto. Invito a todos los lectores a que completen esta humilde selección con los eventos que, a su juicio, sean reseñables en este resumen.
Gracias a Jesus Ge.
http://elgritocapicua.blogspot.com/2010/12/resumen-del-ano-poetico-en-valencia.html

29/12/10

Ángel Petisme. Codex de Poetas


Ángel Petisme es un músico, poeta y compositor musical, con una abundante y variada obra. Ha sido incluido en antologías de poesía, entre las que destaca la de Postnovísimos en la que Luis Antonio de Villena le nomina como máximo exponente de la corriente catalogada como "sensibilidad del rock". Sus poemas han sido traducidos a varios idiomas (italiano, francés, inglés, checo, búlgaro, alemán y ruso). También ha colaborado como articulista en diferentes medios de radio y prensa. Ha dado recitales y conciertos en ciudades de Europa, Oriente, Estados Unidos y Latinoamérica. Nació el 17 de Enero de 1961 en Calatayud (Zaragoza). A los ocho años sus padres emigraron a la capital. Allí cursa el Bachillerato y se licencia en Filología Hispánica, por la Universidad de Zaragoza. Funda la revista "Narra" y el grupo de Jóvenes Poetas Aragoneses donde publica sus primeros poemas.


Bibliografía:

-Cosmética y terror (Olifante, 1984)
-El Océano de las Escrituras (Ediciones Libertarias, 1989)
-Habitación Salvaje (Prensas Universitarias Zaragoza, 1990)
-Amor y cartografía (Lola editorial, 1993)
-Constelaciones al abrir la nevera (Hiperión, 1996)
-El desierto avanza (El Europeo, 1997)
-Buenos días colesterol (Sial, 2000)
-Cuatro días de alquiler (Lola editorial, 2003)
-El cielo de Bagdad (Xordica,2004)
-Soñar en Palestina (La Torre degli Arabeschi, 2005)
-Insomnio de Ramalah (Eclipsados, 2005)
-Teoría del color (Antología 1977-2006) (Sial, 2006)
-Demolición del Arco Iris (Baile del sol, 2008)
-Cinta transportadora (Hiperión,2009)

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HAY TEMPORAL ESTA NOCHE EN LA TIERRA,

el mar está revuelto -tengo miedo-
y amamanto a Yousuf.
Me embarco a tu país, al futuro imperfecto,
soy una nube solitaria esta noche,
una bolsa de plástico. Todo lo dejo atrás.
Y ahora ponte en mi piel, tú has nacido con todo,
pero tu abuelo probablemente
viajó a otro lugar entre el cielo y la nada.
Tú tienes sobrepeso y mi pueblo está a dieta
de horrores y de hambrunas.
Tú tienes una cama y padeces de insomnio,
yo te llevo los sueños que dan nombre a las cosas.
Tú luces un reloj de marca en la muñeca
y yo te traigo el tiempo de una jungla en silencio,
de un amor sin prisas, de una luz no eléctrica.
(Dime que donde comen tres comen cuatro).
Tú estás hipotecado hasta las cejas,
yo soy una hipótesis de deseo y raíces.
Hazme un hueco en el mundo,
dame el mundo en tus huecos,
y deja que te bese la vida con minúsculas.

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JUAREZ
                     Ángel Petisme



Yo soy una de esas mujeres,
de las maquiladoras
enterrada en las fosas
del desierto, con una bata azul
y los ojos abiertos.
Estrangulada, desmembrada,
con mordiscos en los pezones
y en la vagina siete puñaladas.


Al sur de Río Grande las calles tienen ojos,
el alma sonajeros y los machos pistola.
Inmenso como el odio el idioma que hablas
esta noche, al bajar del autobús,
y que quise aprender.

Yo soy uno de esos nombres
en una cruz rosada
bajo la impunidad de las estrellas.
Entre nosotras y la muerte,
al salir del trabajo, sólo estaba el azar.

En Ciudad Juárez cuando discuten
los maridos dicen a sus mujeres:
Te voy a echar al desierto.

de su libro Cinta transportadora (VII Premio Internacional “Claudio Rodríguez”), 
Madrid, Hiperión, 2009.

28/12/10

Damien Hirst, o cómo sucumbir al prestigio

Un interesante articulo sobre Hirst, por cortesía de Ana Velez.....

“Mohefiu... fonu ma kete... mohe fiu... zer t da zete, kau no mahino poll. Kau no feta mau trall”. Algo así escuché cantar una y otra vez a cinco dominicanas mientras circulaban alrededor de una hoguera. Con ritmo sostenido arrojaban al fuego trapos y objetos que yo no podía distinguir bien en la semioscuridad. ¿Qué se puede pensar al respecto? ¿Estaban acaso ejecutando un ritual de vudú? A los escépticos puede impresionarles la forma mas no el significado de este y otros rituales semejantes. Los cristianos se pueden ofender con el artista Andrés Serrano por haber sumergido un crucifijo en un frasco lleno de orina; sin embargo, no solo los cristianos, en general todas las personas sienten algo levemente perturbador cuando alguien ha clavado agujas sobre fotografías de sus seres queridos. Estos ejemplos revelan una característica de la mente humana: creemos en la posibilidad de la existencia de un ánima dentro de los objetos inanimados y damos valor a los objetos simbólicos, pues, en muchos casos el símbolo no lo representa sino que lo remplaza, hace las veces del otro. Por tanto, la estatua de la virgen María de Sabaneta no podría ser más milagrosa que la de las Lajas, de hecho solo existe una madre de Jesús, pero muchos solo visitan la estatua que consideran más eficaz.
Los objetos artísticos, para el círculo del mundo del arte, poseen algo mágico. Los espectadores confían en que la pieza de arte tiene en su esencia algo más de lo que deja percibir, algo consustancial, invisible, que lo hace mejor, y no me refiero al contenido simbólico. El tiburón, la cebra, el toro, las calaveras, las vacas, las palomas, las ovejas, inmersos en tanques de formol y dispuestos en el museo de Historia Natural son interesantes por un minuto y aburridos después de haberlos visto una sola vez; no dejan un recuerdo que se quiera revivir. No obstante, ganan su interés cuando se exhiben como piezas de arte. Es difícil saber el porqué. Aunque la mayoría de las personas no entendamos la solución al último teorema de Fermat, aportada por Andrew Wiles, confiamos en que algunos matemáticos sí la entienden y pueden juzgarla. Respecto a las obras artísticas de Damian Hirst, ni los expertos se ponen de acuerdo. Tratemos de analizar qué ocurre aquí.


El comprador que pagó, en la exitosa subasta realizada por Hirst en la casa Sotheby’s, 17 millones de dólares por un bovino con pezuñas y cuernos de oro de 18 quilates y un disco, también de oro, sobre su cabeza, y aquel que pagó 3 millones de dólares por una estantería con 8.500 colillas de cigarrillos, no están pensando que sus recientes adquisiciones carecen de valor artístico. Es posible que ellos sientan la presencia en la pieza artística de esa especie de ánima, invisible para el que está por fuera de la élite del mundo del arte. Además, no sería raro que se apoyaran en la idea de que son arte conceptual y como tal, estas obras cuestionan y provocan revaluaciones que dan tema a filósofos y críticos de arte; o, al menos ellos, esperarán haber realizado una inversión económica afortunada y perdurable.

 

Hirst, en realidad, es el director de una gran empresa cuyos productos son obras de arte. En los dos últimos años fabricaron 223 piezas; quiere decir, una cada dos días en promedio. Hirst trabaja en equipo con Frank Dunphy, manager irlandés, experto en estrategias de mercado, quien anteriormente trabajaba para artistas de circo. Preliminar a la escandalosa subasta, que dejó a un lado el proceso usual de pasar por galerías y marchantes de arte, el equipo de Hirst invitó a una exhibición privada a grandes coleccionistas, como el diseñador Miuccia Prada, el negociante Victor Pinchuk y el dueño de la casa Christies, François Pinault. Hacer selección social es una manera de ir preparando el terreno para nuevos compradores, e invita indirectamente a la competencia. Los que han sido dejados afueran, más adelante tratarán de recuperar terreno y demostrar su poder económico.

Consideremos la posibilidad de que la obra de Hirst no tenga un valor artístico importante, y que sean algunas características de la sicología humana, que consideramos debilidades, las que permiten la existencia y repetición de este fenómeno. Una de las claves de la persuasión es concentrar la atención de mucha gente sobre un asunto: si todos miran hacia allí es porque “algo hay”, de lo cual se deduce que yo también debo mirar. Hirst ha logrado que los medios de comunicación enfoquen su atención en él. El artista “terrible” sabe escandalizar y no solo eso, también sabe con quién hacer alianzas. En otra ocasión, previa a esta última subasta, consiguió reunir un grupo de inversionistas para asegurar la compra de su obra más costosa: una calavera forrada en diamantes, con un valor estimado en cien millones de dólares y titulada For the love of God, what are you going to do next? (¿Por el amor de Dios, que vas a hacer ahora?, frase que su mamá le repetía cuando era niño). Dicen los chismes que la joya fue comprada por Jay Jopling, dueño de un gran club, Frank Dunphy, su manager, y el mismo Hirst. La noticia publicada en los medios fue: la calavera de diamantes se vendió por la astronómica cifra de… Hirst acostumbra ratificar así a sus posibles compradores en cuánto se vende lo que él produce.

Otra característica de la sicología humana es aquella sensibilidad que nos disminuye y minimiza frente a las personas que consideramos de más alta jerarquía social. Somos como lobos que respetan, obedecen y emulan a los líderes. Si los ricos y famosos compran, usan o poseen un bien, la tendencia es a valorar y creer que ese bien es importante y deseable. Los empresarios de la ropa deportiva lo saben; por ello, las estrellas del deporte exhiben sus prendas en la televisión. Ahora que el artista inglés es millonario, le es mucho más fácil imponer sus caprichos. No obstante, en ningún momento deja de utilizar la parafernalia que impresiona: exhibir sus obras en edificios tan elegantes como el Ritz, a los que no puede ingresar la gente común, o solo permitir la observación de las obras en sesiones de tiempo limitadas. En últimas, hacer uso de distintos efectos intimidantes: derroche, lujo, antesalas, presencia de guardas, etcétera. Una vez nos sentimos inferiores perdemos la confianza en nosotros mismos, en nuestras convicciones y criterios, entonces, ¿quién se atrevería a decir que el tiburón titulado Physical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living (La imposibilidad física de la muerte en la mente de alguien vivo) es solo un tiburón muerto metido en un tanque?

Los sicólogos han encontrado que los seres humanos tendemos a equiparar costo y belleza. Si un objeto es caro, o difícil de conseguir, o cuesta mucho trabajo hacerlo, o solo pueden tenerlo unos pocos y la sociedad lo considera importante, se le adjudica belleza, se lo percibe bonito; ocurre con los carros, relojes, carteras y demás objetos o accesorios que hacen parte de la cultura material que nos rodea. Comprar una obra del artista inglés es una muestra social de que se tiene acceso a lo exclusivo, y como es carísimo se percibe hermoso.


Respondemos con una intensidad mayor a las experiencias que impliquen conocimiento de marca. En personas que se han prestado a experimentos para descubrir cómo nos altera sicológicamente la marca de un producto en el juicio que hacemos sobre este, se ha verificado que si, por ejemplo, el producto es Coca-cola o Pepsi, la respuesta cerebral (con electrodos en la cabeza que miden la actividad) es significativamente menor cuando los sujetos beben las gaseosas a ciegas, y por tanto dudan de lo que están bebiendo, que cuando lo hacen con la etiqueta de la botella al frente. La gente confía en la marca y reacciona positiva y emocionalmente a esta.

Los artistas han descubierto que la autoría puede trabajarse como una especie de marca, y la utilizan de la misma manera que lo hace el mercado. Damian Hirst no es solo un artista, es una compañía que fabrica piezas de arte para vender a precios astronómicos. Los precios del arte están determinados por el deseo de posesión de los compradores. Y ese deseo es manipulable, sobre todo, porque una de las cosas que compra el que invierte en arte es estatus. Hagamos el ejercicio de imaginar que el zoológico de Hirst es barato; que cada tanque, con animal adentro vale 2 millones de pesos. La obra caería en el desprestigio total. Sin duda, ningún rico aceptaría tener en su casa un tanque de esos. Como dice Mario Vargas Llosa: “El mercado no premia la excelencia artística sino la popularidad de una obra y ambas cosas no son lo mismo”.
Diamond Hirst o Damian Ritz serían nombres más apropiados para este artista del mercado que sin duda ha logrado hipnotizar a muchos; sin embargo, es bueno preguntarse si respondemos a sus obras por su mérito artístico o por nuestras particularidades sicológicas. Los medios les han otorgado significancia social pero ¿perdurarán como obras de arte?

ANA VELEZ. Medellín. Colombia.
copiado del blog CATRECILLO, recomendable para interesados en el Arte. Gracias


26/12/10

Princesa Inca. Codex de Poetas

(Cristina Martin) Barcelona

Poeta y miembro del colectivo Radio Nikosia, colaboradora durante algún tiempo de La Venta (con Gemma Nierga) en La SER. Recita ocasionalmente y escribe en su blog:
http://www.laprincesainca.blogspot.com/




y nuestro cuerpo desnudo esperando una palabra,
y nuestros ojos inconformes vomitando el vértigo,
y la sabiduría de vivir a tientas, ciegos y en silencio,



y la espera enredando la lluvia en el paladar de sombra
y la amonestación con forma de golpe por vivir al límite de mil bocas
y la tierra bajo los pies chicos y mortalmente fríos
y la tortura del ser, y la ceguera de un mundo-espejismo
y la prisa agarrada a las manos, a la saliva viciada de dar a otros

y el suelo y el discurso de un loco, y los pechos caídos de dar de mamar
una y otra vez a niño inexistente
y el garabato del cuerpo cada noche ausente bajo las sábanas
y el sabor de la agonía y el placer de la bienvenida mañana, azul, rara,
espléndida, llena de sonidos, de café, de mejoras en la piel triste...

y el nerviosismo de la búsqueda y la verdad ajena de los edificios
y de las sombras de los mismos edificios y de los que habitan en los edificios
como pájaros helados dentro de su nido,

y el traqueteo de la lluvia en la espalda
y la parsimonia de mirarse a las pupilas dilatadas
y las exactas pupilas reflejando el mundo

y el mundo
y el mundo 
y el mundo crispado cerca de las venas azules,
el mundo,
sí,
el mundo.
alrededor de un circo de rostros
cerca de un laberinto de ojos

como una muñeca deshilachada
que ríe y canta desde sus dientes

como un prospecto blanco y negro
de pastillas deshechas en la boca

como un crucigrama absurdo e inútil
que guarda el sabor del aburrimiento...

las manos erráticas,
el cerebro buscando horizontes agudos,
el cuello cerca del océano de nadie,

porque llegar a se nadie es la meta
bajo la vastedad inclasificable del miedo
escarbando en los huesos.
sólo tengo lágrimas
y un ascensor que no sube hasta tu boca

sólo tengo lágrimas
y un espejo que me devuelve la saliva y el olvido

sólo tengo un frío en las manos
y un poema que no te llevare

sólo tengo un miedo de ojos vidriosos
y una habitación muda de no tenerte
quisiera volver a la matriz-paraíso
quisiera encontrarme desnuda en el mar cada mañana
despertando con la luz de un amanecer indescriptible
quisiera tirarme desde mi ventana y volar hasta tu cuerpo
quisiera servir de guia en alguna ruta
quisiera ser la sal o la saliva
quisiera pisar el fuego y ver más allá de las cosas
quisiera amamantar a un lobo
quisiera mamar de unos pechos grandes y suaves
quisiera el ahora o el nunca
quisiera la luz o la palabra 
quisiera desbancar el miedo y la prisa
quisiera conocer la ruta o el espacio
quisiera comer chocolate a todas horas
quisiera mover la materia y el tiempo
quisiera ser invisible y eterna
quisiera conocer la respuesta 
quisiera caminar encima de las brasas
quisiera ir siempre desnuda
quisiera comunicar sin palabras
quisiera cambiar algo del universo 
quisiera amar con los huesos y la fiebre
quisiera conocer mi alma o mi origen
quisiera no tener miedo
quisiera ser una gata o un pájaro
quisiera entrar en una célula o un átomo
quisiera ser una bruja o un hada
quisiera encontrar mi camino
quisiera creer realmente en algo
quisiera llorar poco
quisiera resucitar a mi padre y a mi abuelo
quisiera decirles que les amo grandiosamente
quisiera ser la niebla la lluvia o el viento
quisiera viajar muy lejos
quisiera soñar, soñar, soñar hasta el infinito.
te quiero ver como un viento atenuado
buscando tu lugar en el mundo

no llores solo,
intentaremos cuidar de ti un poco
lo poco que se pueda
porque yo también vago perdida
errante de mí

y este universo está hecho de trozos de dolor
y este lugar esta hecho de trozos de dolor

pero al final de túnel hondea una luz
llena de nubes y previsión hermosa de lluvia

golpearemos los charcos con los pies
y nos reiremos de la tormenta

y volveremos a soñar
otra vez, otra vez,

Hablábamos a los árboles, hicimos el amor a los árboles, besábamos a los árboles. Una ambulancia vino a buscarnos, nos ataron. Ellos siguieron hablando a sus dioses, de rodillas en las iglesias, masturbándose ante una tele. Nosotros seguimos atados y pinchados con Haloperidol mientras leían y creían sus cartas astrales por internet...Pero sí, los locos, los paranoides éramos nosotros.. Porque hablábamos a los árboles y porque les hacíamos el amor. Ellos eran los cuerdos

La Princesa Inca (Cristina Martín). Codex de Poetas

Nace en Barcelona en 1979. Poeta, jardinera, estudia Psicología en la Universidad de Barcelona. Ha participado en Colectivos Poéticos y Haloperidol Poesía. Colaboró semanalmente con Gemma Nierga, en el Programa La Ventana de la Cadena Ser, es miembro de la Asociación Sociocultural Radio Nikosia. “La mujer-precipicio” es su primer libro de poemas.

Tres poemas de su libro: La mujer-precipicio  

El insomnio es blanco

El insomnio es blanco,
blanco como la cocaína,
mentira vendida, paraíso falso.
Blanco como los mármoles caros del cajero
donde duerme el vagabundo.
Blanco como las camisas de los empresarios,
de los que ordenan y crean insomnio a tantos.
Blanco como la blusa Armani
que come del sudor y la espalda doblaba de mis padres.
El insomnio es blanco,
blanco como la luna, como la nevera vacía,
como el arroz hervido de los pobres.
Blanco como las sábanas blancas en las que lloras
porque no encuentras salida.
El insomnio es blanco,
blanco sucio como el patio de la cárcel.
Blanco como las batas y las correas del psiquiátrico.
El insomnio es blanco.
Blanco. Blanco. Blanco.
Blanco como las pastillas
que muchos toman cada noche
para engañar a ese insomnio tan blanco.
Blanco. Blanco.
El insomnio es blanco.

---------

Me grito dentro

Estoy cansada
de pertenecer a las cosas,
las cosas han dejado de pertenecerme
y son esas cosas las que han
acabado haciéndome suya,
me observo
ambicionando lo que no necesito,
por mera imitación
de lo que otros necesitan,
entonces me grito dentro,
me grito dentro de mi cabeza pelirroja:
¡Todo es más fácil!
No necesitas ni el elogio,
ni que te miren,
ni verte rodeada de certeza,
no necesitas ser de las primeras,
ni conocerte del todo,
ni ser la más amada,
ni dos hileras de zapatos,
no necesitas ser lo que se tiene que ser,
no quieres ser lo que se tiene que ser.
¡Todo esto
me grito
dentro de mi cabeza pelirroja!
Y justo después, sólo un rato,
me siento más tranquila, más niña,
más libre, más piedra que persona,
más objeto que ser vivo,
y esa sensación de ser una cosa,
de ser papel o cartón o dibujo,
o una hoja o la ventana que no abro,
me deja minutos de tregua,
porque son más libres las cosas
que las personas,
libres de no ser más que esa misma cosa
y no tener que demostrar nada a nadie
más que su ser mismo.
Minutos de tregua
ante el dolor agudo de ver que yo
no escojo mi vida,
sino los otros más que yo misma.
El dolor agudo y el miedo grande
de llegar
a sitios, gentes, o verdades,
que realmente ni escoger he podido
o tal vez ni tan siquiera necesito.
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Nosotras, las del Mundo Raro


Chabela, duérmete aquí a mi lado, déjame que te acune…
Déjame que te diga al oído lo que tú dices….
Que…
 vinimos nosotras, tantas, de un mundo raro
Chabela…
 Y es preciso decir tantas mentiras…
Y si quieren saber de nuestro pasado es preciso decir otra mentira…
Diremos riendo
 que venimos de allí,
las dos, de un mundo raro…
Que no sabemos de amor, 
Chabela,
 no conocimos dolor,
y que nunca, nunca, nunca
hemos llorado.