10/5/10

Alícia Es Martínez. Codex de Poetas

Alicia Es Martínez (Burgos, 1973), Licenciada en Ciencias de la Información, periodista y actriz. Sus poemas han aparecido la revista digital Ellas Dicen, coordinada por el Colectivo 'La Palabra Itinerante, y en el Montaje Poético-Teatral de Arte Colaborativo (una nada asombrosa pero) EXACTA PALABRA (que te nombra). Tiene un poemario inédito y está trabajando en el segundo. Asimismo, es directora del Espacio MAE -El Dorado, y pertenece a la Asociación Poética Caudal. Parte de su obra se puede leer en el blog Poema-niaticos





LA MUJER SE ALEJÓ DEL BOSQUE

La mujer se alejó del bosque

Allí había volado sobre el azufre de las coníferas

Cavado las tumbas de las semillas viejas

Había bebido a cuatro patas en el arroyo

y copulado con los mastines del amo

En el centro del Bosque

geostáticamente localizada por las mujeres del pueblo

Allí ingirió hongos hasta convertirse en piedra

Fósil de cuentos y maitines

Lazo rojo en las cunas de los bebés muertos

Habló con Dios hurgando en la tierra de soledades

Pintó helechos, sus fosas, en pieles de murciélago incineradas

Se tatuó una abeja en su pecho cíclope

Y sintió miedo sólo durante el día


La mujer se alejó del bosque

arrastrando los pies con agujas trenzadas

En la ciudad siguió caminando...

Semáforos con copa y sin raíces

Animales con gafas, plantas de cuatro tallos

Cada día amanecía seis veces

Seis veces mojaba su cuerpo bajo la ducha

y se torutaba los tobillos con un punzón

y entre los dedos llevaba siempre el filo de una lata

Seis veces cambiaba su vestido, sus botas, sus medias

Seis veces se maquillaba.

En el espejo, sólo agua: condensación de vacíos

La raya de los labios, negra, dura, límite del tiempo

Seis veces se peinaba con sumo cuidado

La mujer que abandonó el bosque no encontró al hombre en la ciudad

------------

La Ronda
La Ronda (fragmentos)

Hay un bicho negro y alargado en la esquina del techo. Inmóvil en la penumbra: observa el lujurioso despertar de la niña que corre a la nevera de madrugada. Impulso de titanes y abre torpe, silenciosa el tarro de los piñones. Contados por la madre hormiga. El mismo ejercicio de buscar la piedra más grande, la misma con la que los chicos destrozaban sus ansias sobre el acantilado. Y abrir el tarro con un golpe en medio de la noche. Y compulsiva, engullir los piñones contados, como lo hacías junto a él en la cabaña de escombros, más allá del camino. En la pinada sucia.



No deberías apresurarte,

Nunca el destino fue una

cabaña en el centro del bosque,

vagar por pinadas umbrías,

vuelo amarillo sobre campos de trigo



Las piñas maduran en dos años

A veces sólo lo hacen tras un incendio

no es tiempo aún, no sabremos llegar sin el azar,

una errancia o una escucha,

una abisal mirada, un desvivirse

para no dejarse vivir por las brisas

Tan cerca y el encuentro

depende del viento

Tan lejos: voluntad de aire

No es ausencia lo que esgrimen las alas

cuando parten, es la promesa de un deseo

- - - - - -
extraído de 21 Tendencias de Yayza Martínez...gracias compañera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario