11/9/10

Alexandra Dominguez. Codex de Poetas


Alexandra Domínguez nació el 30 de septiembre de 1956 en ConcepciónChile. Su vocación artística fue temprana y estuvo influida por su entorno familiar. Su padre, vecino, compañero de estudios y amigo de Violeta y Nicanor Parra, y su madre, con quien aprendió a modelar arcilla en un taller de su ciudad natal, la iniciaron en la poesía y en las artes plásticas, respectivamente.
Realizó sus estudios primarios en el Colegio Inglés St. John’s y los secundarios en el Liceo Francés Charles de Gaulle. Su temprana exposición a la literatura francesa e inglesa influirá en toda su carrera. En 1974 viajó a Madrid para estudiar en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid y en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Dos años más tarde se trasladó a Barcelona en donde prosiguió sus estudios en Ciencias de la Información, obteniendo la licenciatura en Periodismo. Asimismo, continuó sus estudios en la Real Academia de Bellas Artes de Sant Jordi en Barcelona.
En 1982 regresó a Concepción en donde realizó su primera exposición individual de pintura, ejerciendo a la vez el periodismo en radio y televisión, actividad profesional que abandonó para dedicarse por completo al arte. En 1989 obtuvo el Gran Premio Nacional Salón Sur de Pintura por su díptico “El mar de la utopía”. Ese mismo año regresó aEspaña, ciudad donde reside desde entonces. Ha realizado exposiciones individuales y colectivas en ChileEcuadorArgentinaEstados UnidosEspañaFranciaNoruega,FinlandiaAlemania e Italia obteniendo varias distinciones y siendo su obra gráfica catalogada en numerosos certámenes internacionales.
En el campo de la poesía, en 1996 obtuvo el Premio de Poesía Bilakaeta, País Vasco, por su poema “El loro de Flaubert dice este no es un poema de Keats”. El año 2000 recibió el Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez por su libro “La conquista del aire”. El año 2006 obtuvo el XIV Premio de Poesía Rincón de la Victoria por su libro “Poemas para llevar en el bolsillo”.
- - - - - - - -
Ella Va cada mañana a la casa de los locos, entrega pasaportes al siglo diecinueve. Lleva un cucharón de plata en la mano y un violín envuelto en papel burbuja. Va cada mañana a la casa de los locos, deja una piedra magnética sobre la repisa. Pone una herradura bajo la cama al diosecillo de los números impares. Va cada mañana a la casa de los locos, piensa en qué trofeos para la felicidad. En qué palabras para los cántaros rotos donde tachan su cabeza los escolares. Va cada mañana a la casa de los locos, calcula que alguien es todo lo que queda lejos y dibuja con tiza un círculo blanco. El poeta es un asunto allí en lo invisible Ese hombre es invisible, su materia de alondra es invisible, anda en lo invisible con pasos que hacen ruido en las calles invisibles, come cosas invisibles, respira lo invisible, paga con monedas invisibles. El poeta es un asunto allí en lo invisible, cruza ríos invisibles, se acuesta con mujeres invisibles, habla con palabras invisibles. Está en Dublín y es invisible, va por el cielo en aviones invisibles, en su corazón la melancolía es invisible, piensa en cosas invisibles, lee a Kavanagh que escribía libros invisibles, por ejemplo esto es invisible: My soul is and old horse offered for sale in twenty fairs. Su furia es invisible, su tempestad también es invisible, trabaja en una fábrica invisible, gasta sus codos en mesones invisibles, Teillier era invisible, Parra casi es invisible, nadie ha visto a Rojas. Los obreros brindan al final de la jornada con jarras invisibles de cerveza, los solitarios se hospedan en hoteles invisibles, llaman por teléfono a chicas invisibles, esperan en esquinas invisibles a otros invisibles. En el verano la lluvia es invisible, abren entonces un paraguas invisible, se van a provincias invisibles a leer poemas invisibles, se encuentran en un parque con alguien invisible, aman lo invisible. El poeta es un asunto allí en lo invisible, este mismo poema es invisible, un espejo es invisible, la ciudad en la que vivo es invisible, lo imprescindible y lo insignificante, eso es lo invisible. Sobre el análisis subjetivo de los hechos Que determinan la historia de mi tribu De acuerdo a los informes enviados desde la frontera. De acuerdo a lo que dicen los camaradas pájaros, el Trile negro que vive en los pajonales de Atacama que es desierto, la Loica de pecho rojo, el Chirihue amarillo de las islas. De acuerdo a la última cosecha de piñones en la reserva indígena de Trapa-Trapa, este año no habrá harina para el Zorzal ceniciento, no habrá estrellas para el Queltehue de las praderas húmedas. De acuerdo al agua estancada en la represa de la Compañía Ecléctica y las tierras mapuches inundadas por el río Bío-Bío, este año tampoco habrá Chercanes en las vegas, Chincoles color canela en los manzanos silvestres de esta parte del mundo. De acuerdo a los servicios gratuitos prestados por Neruda a la corona sueca, a la corona española, a la corona de la Virgen del Carmen patrona de Chile. De acuerdo al estado de los templos y las logias destruidas por el terremoto del año en que hubo terremoto. De acuerdo a lo dicho por los que han abandonado las casas y los campos usurpados por los usurpadores. De acuerdo a los pinchos del erizo de púas que se ha metido en la cama sin ponerse la blusa de hojas. De acuerdo a los colonos que levantaron cercas para el ganado, cercos de alambre para las personas, redes para la Loica y el Zorzal ceniciento y el Queltehue de las praderas húmedas. De acuerdo a los más optimistas informes meteorológicos este año tampoco vendrá la salvación del cielo, habrá barro en todo el territorio de todas las provincias, barro en las iglesias pentecostales, barro en las oficinas del correo. De acuerdo a todo, esto nadie debe deducir que vaya a llover, de acuerdo a todo, esto lo más probable es que continúe la sequía. De acuerdo a las hormigas que pagaron tasas indebidamente y a la cigarra de las colinas a la que nadie devolverá debidamente nada. De acuerdo a los que desaparecieron y dejaron como única señal un pañuelo atado al árbol con brazos que hay en el cruce de los caminos. De acuerdo con lo que piensan y no piensan los súbditos, los Perros Quiltros que vagan por las carreteras, el perro de la autoridad que está detrás de las vallas, el perro que cuida las piscinas, el perro de siete aguas de la ley. De acuerdo, hermano Quirquincho, hermano Puerco Espín, hermana Comadreja. De acuerdo con los cuatreros que roban ganado y amargan la Nochebuena a los dueños de fundos. De acuerdo con que por aquí está prohibido pasar y por allí también está prohibido pasar. De acuerdo con las invasiones de termitas y escarabajos que arruinarán las cosechas durante el próximo siglo. De acuerdo con los bustos de todos los que han perdido batallas. De acuerdo con la batalla campal entre los gatos de tejado y los ratones grises de granero. De acuerdo con la voluntad del supremo gobierno de la república y su presidente el principal residente de esa misma república. De acuerdo con el rito de comer carne de animales, comerse unos a otros, festejar las hazañas de los matarifes. De acuerdo con alguien que no conozco me retiro a los valles del otro lado de la montaña antes de darles por última vez las buenas noches al ceniciento Zorzal y al Chercán de las vegas, buenas noches Trile negro, Loica de pecho rojo, buenas noches Queltehue de las praderas húmedas. Volver a los diecisiete Loada y recordada sea Mary Quant entre las místicas, porque de ella será la tijera de oro con que el cielo recortará las nubes. Bendito Cat Stevens entre los santos que se abrazan en las discotecas, porque de él serán los artefactos plateados que giran en el Cosmos. Veneración a Ginsberg arisco entre los gatos de escayola de Buda, porque de él serán otra vez las selvas verdes tras el otoño de napalm. Gratitud a Shakespeare que viajaba en segunda clase de los trenes porque de él serán los barcos de papel de todas las pensiones. Recuerdos para el Sena, el río sagrado de Rimbaud en el que hay ballenas. Elogiado Jean Gabin en blanco y negro, Camus antes de Argelia. Enaltecidos los de Liverpool que hicieron asomarse a Dios al mundo. Ensalzado el huésped del alero, el gorrión de provincias para el que nunca hay sitio en la antología de los pájaros. Alabado Klee niño y Paul anciano, la escoba de pintar estrellas con la que barre Violeta Parra la carpa vacía de los cielos. Benditas las postales que llegan en verano escritas por el mar y los sellos de colores subidos al tejado de las cartas de amor. Loado el número siete que en la tabla de multiplicar es muchas veces siete, volver a los diecisiete, volver a los veintisiete, volver a los treinta y siete. Contra las naturalezas muertas
Tú no has nacido para la muerte, ¡inmortal pájaro!... John Keats

He visto una luz posada sobre la línea en que respira un pájaro y he visto al niño cuya palabra azul nombra el canto en cuya respiración lo que dibujo es pájaro de Persia, pájaro de piedra, pájaro de Perse. He visto a los pájaros que emigran, a los pájaros de tinta que salen de los túneles y vuelan al papel del cielo, y allí a semejanza de su voz permanecen en el entorno de los ángeles. He visto pájaros conmovidos por la irrealidad del blanco entrar en los papeles del invierno donde vive la tempestad de Turner. Y he visto en lo que he visto la misericordia real de lo imaginario, pájaros dibujados por la mano zurda de los naturalistas, pájaros rojos descendiendo sobre el trigal de los concilios, pájaros de las limosnas y pájaros de la importancia sobre los grandes silencios de la duración. He visto pájaros en los lienzos donde permanecen para siempre los gritos, pájaros de Munch en las barandillas de la cabeza de Evardv, pájaros de Goya en la madrugada de los fusilados donde ladran sus lámparas heridas los perros de la consolación. En todo lo que he visto me han visto los pájaros, en Versailles los pájaros que a Versailles llevan una gota de ámbar antiguo, los diminutos pájaros de las constelaciones que encienden fogatas en las islas de Patinir, los que beben las gotas de brea en las alambradas y hacen florecer el laurel de las interrogaciones en los jardines de Klee. He visto a esos pájaros, he pintado esos pájaros hasta adentrarlos en mí, hasta anidarme con ellos en los espacios futuros de lo que ha de ser verdadero. He visto lo que nunca se sabe de un pájaro, el mapa que llevan en el pecho, el silabario de la conversaciones entre los muertos y las estrellas, he visto a todos los pájaros del universo sobre el tejado de albahaca de las sinagogas, a los pájaros durmientes que brotan del violín de nieve de Chagall. He pintado esos pájaros, les he puesto saliva de Ana Karenina para que respiren en el amor, les he dado migas de linterna para que busquen a Mandelstam. La necesidad de los pájaros cruza cada mañana el horizonte de mis bastidores, van hacia La Meca a teñir de amarillo las alcobas de la tiniebla, cruzan las estepas de Mongolia con una pestaña de caballo en el pico. Los pájaros que he visto viven en los lienzos de lino, traen semillas de violetas en el corazón, guían de regreso a la felicidad los trenes con destino a Liberia. Los pájaros que digo dicen palabras al oído, van a Pekín y se acuestan con el emperador, van a Roma y escriben los epitafios de quienes no han nacido para morir. He visto pájaros en el Louvre y he visto pájaros en la aldea donde nació mi padre, pájaros zen y pájaros sufís, pájaros sobre la cruz de Tápies y solitarios pájaros destinados a la salvación por San Juan de la Cruz. He pintado abismos, esferas, laberintos, he dibujado seres y consultado manchas, he visto lo que he visto: adiós naturalezas muertas, bienvenidos pájaros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario